No encuentran salida a la crítica situación económica de la Argentina
Si hay una claridad en todo momento de crisis es que nadie quiere hacerse cargo del fierro caliente que significa esto. Lamentablemente los últimos acontecimientos de la jornada de ayer demuestran cómo este gobierno maneja la crisis más profunda desde su asunción
Si hay una claridad en todo momento de crisis es que nadie quiere hacerse cargo del fierro caliente que significa esto. Pese al momento de jolgorio y el sentimiento de hermandad de todos los argentinos por el Mundial, lamentablemente los últimos acontecimientos de la jornada de ayer demuestran cómo este gobierno maneja la crisis más profunda desde su asunción.
La realidad es que el presidente Mauricio Macri, al no modificar el esquema de la política económica social y continuar con un proceso meramente lineal, no va a poder cambiar, bajo ningún punto, el rumbo del país.
Ayer, otra vez, el dólar terminó en suba y alcanzó los $28,85. Así, es imposible crecer como nación. Las variables son muchas, pero todas impactan en el ciudadano de a pie. No hay crecimiento del mercado interno; las Pymes están en bancarrota; las economías regionales desaparecen por la suba del dólar, por lo caro que son los insumos y por los impuestos devastadores.
Todo se conjuga para que el panorama sea trágico, pero sobre todo peligroso, porque Macri usa nombres como fusibles y los cambia como figuritas del Mundial. Pero el soberano lo eligió a él como primer mandatario y no está muy lejos de ser él el próximo que salte.
El descontento social es tapado por el Mundial. Pero esto no es una alegoría, es la realidad. Es cierto que al Presidente aún le queda un año y medio al frente de este país. Todavía puede quedar en la historia como una persona que se equivocó, pero debe agarrar el timón y dar vuelta la historia. Pero si no, esperemos que no termine como Fernando de la Rúa o como Carlos Menem, porque los únicos perjudicados seremos todos los argentinos.