Otra que el pájaro solista: el ave que canta la misma canción desde hace mil años
Los seres humanos somos muy buenos imitadores, lo que nos permite pasar nuestros hábitos y formas de vida a lo largo de las generaciones sin perderlas ni olvidarlas. Eso es lo que llamamos tradición.
Los seres humanos somos muy buenos imitadores, lo que nos permite pasar nuestros hábitos y formas de vida a lo largo de las generaciones sin perderlas ni olvidarlas. Eso es lo que llamamos tradición.
Pero no somos los únicos. El pequeño gorrión pantanero, un ave de apenas 12 o 14 cm de longitud que habita los humedales del este y centro de América del norte, también tiene grandes habilidades de imitación, hasta el punto de que es capaz de copiar fielmente los trinos más populares durante más de mil años. Como explican investigadores británicos y estadounidenses en la revista «Nature Communications», sus tradiciones pueden ser tan duraderas como las muestras.
De hecho, algunas de las canciones podrían remontarse hasta los vikingos, afirma Robert Lachlan, profesor de psicología de la Universidad Queen Mary de Londres y autor principal del estudio.
Los investigadores ya habían observado conocimientos aprendidos que pasan de una generación a otra en todo tipo de animales, pero creían que esas tradiciones no podían durar tanto como las humanas. Para probar la idea, el equipo grabó las canciones de 615 machos de gorrión pantanero en seis poblaciones de Nueva York, Pensilvania, Michigan y Wisconsin. Usando software de computadora para medir y analizar cada canción, el equipo identificó 160 tipos de canciones en todo el rango de la especie.
Cada macho tiene solo un puñado de canciones en su repertorio. Para descubrir cómo las aves jóvenes eligen qué canciones aprender, los investigadores desarrollaron un modelo matemático que simula cómo se expande cada tipo de canción dentro de los grupos a lo largo del tiempo. Cada ejecución del modelo representó 5.000 años, al final de los cuales los investigadores midieron los tipos de canción en cada grupo de aves.
Con su modelo, también compararon varias estrategias de aprendizaje de canciones. Por ejemplo, las aves jóvenes pueden preferir imitar a un adulto en particular, como su padre o un macho con un buen territorio. Alternativamente, pueden elegir ciertas canciones porque las encuentran inherentemente más atractivas, sin importar quién las cante.
Cuando observaron qué tan bien encajaban sus simulaciones con los datos reales, los investigadores descubrieron que las aves jóvenes no solo no escogen aleatoriamente cualquier canción, sino que copian a la multitud, imitando las canciones más populares con más frecuencia de lo que cabría esperar por casualidad. Las canciones únicas o raras que van en contra de la corriente principal rara vez obtienen un pío. Esto es lo que se llama «sesgo conformista».