Melconian prevé más devaluación y retenciones
El diagnóstico del ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, es crudo. De regreso en su rol de consultor privado, el economista advirtió anteanoche que “el préstamo del FMI no alcanza”. El desplazado funcionario consideró además que el programa de ajuste comprometido con el organismo para acceder a financiamiento es insostenible. Durante un evento del banco Balanz Capital, Melconian volvió a señalar inconsistencias en la política económica del gobierno de Mauricio Macri. Al recuperar el listado de vulnerabilidades enunciado los últimos tres años por el vasto universo de economistas heterodoxos, el consultor pronosticó: una inflación cercana al 35 por ciento, una nueva devaluación que llevará el dólar significativamente por encima de los 30 pesos y la persistencia de una tasa de interés elevada. “Devaluación con retenciones. Si el presupuesto no cumple con el objetivo de disminuir el riesgo país y bajar la dolarización, esa es la alternativa que te queda”, sentenció resignado.
“Yo no sé cuánto va a valer el dólar ni cuándo explotan las Lebac pero era crónica de un final anunciado”, señaló el ex funcionario. “Pasamos el papelón de que el mismo gobierno que puso las Lebac ahora se las quiere sacar de encima. Esto no es algo que dejaron los ex presidentes del Banco Central, Alejandro Vanoli o Mercedes Marcó del Pont. Esto lo dejó el mismo gobierno”, consideró Melconian al referirse a la errática política lanzada por el desplazado banquero central Federico Sturzenegger. Después de acumular más de 1 billón de pesos en Lebac, la nueva administración de la autoridad monetaria anunció que eliminará ese stock, sumando nuevas presiones sobre la plaza cambiaria y elevando las tasas de interés.
“El FMI se da cuenta que el tipo de cambio para lograr los objetivos no es 30 pesos”, explicó Melconian al señalar que el esquema de libre flotación establecido en el acuerdo apunta a lograr que “la tía deje de comprar dólares y que los cadetes dejen de viajar a Itaparica y South Beach”.
Desde su perspectiva, el éxito del frágil programa oficial está supeditado a la aprobación del presupuesto. Pero, si la austeridad no funciona, la alternativa consiste en devaluar y establecer retenciones. En la lúgubre visión presentada por el amigo de Macri, como se define, la apuesta del gobierno para rehabilitar el acceso al mercado financiero internacional está en el ajuste pautado en el presupuesto 2019. “Estamos en un callejón sin salida. El presupuesto es el último bastión para ver si aparece algo que baje el riesgo para volver al mercado”. En la plaza financiera internacional, “el gobierno debería obtener 8 mil millones de dólares como piso”, estimó.
“El FMI tiene un manual. Más allá de que Christine Lagarde use más las palabras ‘inclusive’ y ‘feminism’, esto es otra vez pechuguita con puré de calabaza. Y esperemos que no se transforme en pechuguita o puré”, lanzó el economista al recuperar su elocuente muletilla para dar por tierra, esta vez, con la visión que intentó instalar el Palacio de Hacienda sobre el presunto cambio en las condicionalidades recesivas y regresivas asociadas a los créditos stand-by del Fondo. “Hasta el FMI sabe que el acuerdo no es cumplible. La meta de inflación no se va a cumplir porque dará 35 por ciento y la meta fiscal para este año se va a cumplir pero la contracción del gasto público es insostenible”, advirtió Melconian. “El sector real pide por la tasa y la tasa no va a bajar”, lanzó el ex funcionario para señalar que “la causalidad de estos modelos es que primero se acomoden la dolarización y el riesgo país, hay que diferenciar el sector real de la economía que es la larga enfermedad y el sector financiero que es el ataque al corazón”.