La empresa de Florentino Pérez hace estragos en Guatemala entre la población indígena
El Real Madrid de Santiago Solari sigue sin carburar, a juzgar por lo visto este fin de semana ante el Huesca, pero más allá de pensar en lo que debe hacer el club en el mercado de invierno, Florentino Pérez mejor debería girar su atención hacía su propio negocio, la constructora ACS, de la cual es el director ejecutivo y la cual lleva meses enfrascada en un terrible polémica en Guatemala.
La filial del holding en el país chapín, Cobra, está participando en la construcción de un complejo hidroeléctrico llamado Renace, el cual consiste de seis represas en cascada sobre el río Cahabón y que amenazan el ecosistema de la región y la vida de la población indígena de la zona.El pequeño cañón del río Cahabón brinda un increíble espectáculo natural que se asemeja a un paraíso escondido: sobre una formación rocosa conocida como Semuc Champey se erigen una serie de piscinas naturales escalonadas increíblemente bellas de color turquesa, separadas por suaves cascadas en medio de un espeso bosque subtropical.
Activistas como Bernardo Caal, un maestro de escuela que ha intentado frenar el destrozo que Cobra está llevando a cabo, se han revelado contra lo que consideran un atentado contra los derechos humanos de la gente de la región. Pero, como suele ocurrir en estos casos, han sido frenados por las autoridades locales, siempre más pendientes de los intereses comerciales de unos pocos, que del bien general de muchos.
El presidente de Guatemala, el cómico Jimmy Morales, de una ideología similar a la del nuevo presidente brasileño Jair Bolsonaro, está haciendo oídos sordos a una situación tétrica para los indígenas de la zona, que han visto como la canalización del rio Cahabón ha hecho que el caudal del rio llegue sólo hasta un cinco por ciento del área que cubría originalmente, poniendo en serios aprietos así a los habitantes que pueblan la cuenca del rio y necesitan de su agua para beber y asearse.
En las protestas contra Cobra y ACS ya han muerto 21 líderes indígenas, algo que los grandes medios no están parando a comentar, pues el propio gobierno guatemalteco tiene la intención de mantener está situación bajo paños calientes.
Según la ONG Alianza por la Solidaridad, ApS, la empresa dirigida desde su cómoda oficina en Madrid por Florentino Pérez no ha llevado a cabo los estudios mínimos de impactos sociales, medioambientales y económicos, pese a hacer firmado el Pacto Mundial que le compromete como gran empresa a respetar los Derechos Humanos y el medioambiente, algo de lo que el presidente del Real Madrid está totalmente enterado, pues la propia ApS se presentó en 2017 en la sede de su empresa con un dosier que explicaba la situación y requería que cesara la construcción avalada por 25,000 firmas.
Las obras han continuado su curso sin freno alguno.
Ahora, activistas como Caal o Lolita Chávez, han levantado la voz, acusando ya no a Cobra o a ACS como empresas poco responsables, sino al mismísimo Florentino Pérez, a quien tachan poco menos que de liderar una organización mafiosa, que sólo mira por sus bienes, y que está dispuesta a acabar con la vida de los menos agraciados económicamente con tal de seguir engordando su cuenta de dividendos y viendo subir el precio de sus acciones.