Cáncer de colon, ¿qué relación tiene con la alimentación y cómo se puede prevenir?
El cáncer colorrectal es el cuarto tipo de patología oncológica más común en toda América. De acuerdo a la información de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada año se producen en la región más de 240.000 nuevos casos y aproximadamente 112.000 muertes debidas a esta enfermedad.
En la mayoría, se encuentra íntimamente relacionado a alguno de los factores de riesgo que afectan a la persona, tanto voluntarios como involuntarios. Si bien muchos no están bajo control del paciente -como la edad o los antecedentes familiares-, hay otros que la persona puede dominar. De este modo, podrá contribuir a prevenir la enfermedad o, al menos, a reducir al mínimo las probabilidades de desarrollarla.
La alimentación es uno de los elementos que se puede ubicar en el segundo grupo. Según diversas investigaciones, hay una clara relación entre la dieta que llevan la mayoría de las personas occidentales y el aumento de las chances de padecer cáncer de colon. ¿Por qué? En general, este tipo de alimentación tiene alto contenido de grasa y, por el contrario, baja cantidad de fibra, ambos factores que contribuyen al desarrollo de esta patología.
No obstante, los especialistas todavía no han llegado a saber con precisión el por qué de esta situación. Es por eso que las líneas de investigación en el área son diversas y están trabajando de manera activa para encontrar el motivo detrás de esta realidad. Los hechos, sin embargo, no están en duda.
Así, es posible afirmar que las personas que se alimentan a base de carne roja y de carnes procesadas o ultraprocesadas tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de colon en algún momento de su vida. Además, es importante aclarar que ese riesgo se multiplica si este hábito se combina con otros que también afectan severamente la salud en este sentido.
¿Cuáles son, entonces, los otros elementos que integran esta lista?
Dentro de los que las personas «no pueden controlar», hay siete factores importantes que pueden aumentar las probabilidades de padecer cáncer de colon. En cualquiera de los casos, es necesario que la persona que carga con ellos controle especialmente su salud, dado que naturalmente tienen más riesgo que el resto de los seres humanos.
La edad avanzada se encuentra entre los principales; por lo general, el diagnóstico de cáncer de colon llega por encima de los 50 años. Si bien es posible que aparezca antes de esa edad, la frecuencia es mucho menor.
La etnia también es otro elemento importante: hay diversas investigaciones que indican que las personas afroamericanas tienen más probabilidades de desarrollar esta patología.
Los antecedentes personales de este tipo de cáncer o de pólipos en la zona son otro de los factores de riesgo. Haber tenido cáncer de colon o pólipos adenomatosos aumenta las chances de desarrollar este trastorno en el futuro. Cabe destacar que en la mayoría de los casos este tipo de pólipos son benignos, lo cual implica que no se trata de un cáncer y que la patología no se extenderá a otros lugares del cuerpo. En general, suelen aparecer con la edad avanzada y existen diversos tipos.
De la misma forma operan los antecedentes familiares; todas las personas cuyos padres, hijos o hermanos hayan tenido esta enfermedad tienen más probabilidades de padecerla.
Las enfermedades inflamatorias intestinales -como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn- pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
Asimismo, los síndromes heredados que naturalmente contribuyen a la aparición de esta patología oncológica son otro de los elementos que integran la lista de factores de riesgo. La poliposis adenomatosa y el síndrome de Lynch, que se suelen transmitir de manera hereditaria de generación en generación, se encuentran entre las principales afecciones dentro de este grupo.
La diabetes es una enfermedad que puede multiplicar las probabilidades de que aparezca el cáncer de colon, sobre todo en pacientes insulinodependientes.
Por último, la radioterapia contra el cáncer dirigida al abdomen puede aumentar las probabilidades de padecer esta enfermedad. Las personas que hayan padecido otro tipo de patología oncológica y hayan sido tratadas de esta forma deben saber que incrementa este riesgo.
Por otro lado, se encuentran los factores que las personas sí son capaces de controlar, de modo que en parte se encuentra en sus manos prevenir el cáncer de colon.
Además de la mencionada alimentación, un estilo de vida sedentario puede derivar en la aparición de esta enfermedad. Para evitarlo, es recomendable hacer ejercicio de manera regular, dado que permite prevenir el cáncer de colon y también mejora la calidad de vida en general.
La obesidad es otro de los elementos que componen esta lista. Si bien hay casos en los que bajar de peso es dificultoso y se encuentra completamente en manos del paciente, hay otros en los que sí. Es por eso que este factor está incluido en este grupo y no en el anterior.
Finalmente, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol son los elementos que coronan el listado de factores que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar cáncer de colon.