El plan maestro de China para convertirse en el amo del fútbol
China demoró 72 años para clasificar a su primer Mundial masculino de fútbol. Su debut llegó en Corea y Japón 2002, con el infortunio de que compartió grupo con dos de los tres mejores equipos del torneo: Brasil (campeón) y Turquía (tercero), además de Costa Rica. Ocupó la última posición de la zona sin obtener puntos ni goles a favor.
A pesar de los resultados, el que ya hubiese estado presente en la gran cita orbital fue considerada por gran parte del mundo del fútbol como una señal de que había llegado el momento para que el país más poblado del mundo (más de 1,600 millones de habitantes) despegara en el deporte más popular, luego de estar por décadas en el ostracismo -siempre haciendo referencia al género masculino-.
Pero el impulso le duró poco. Si bien dos años después, en la Copa Asiática de 2004 disputada en su país, obtuvo el subcampeonato (Japón lo venció 3-1 en la final), en las siguientes cuatro citas no pudo superar los Cuartos de final -incluso en dos ocasiones salió en primera fase-. En el Mundial juvenil sub 20 no clasifica desde 2005, mismo año en que participó por última vez en el sub 17.
Pese a los resbalones, la Asociación de fútbol de ese país, con el concurso del Gobierno nacional, insisten en promover el desarrollo de este deporte. La primera entidad con la contratación de extranjeros de renombre para su liga local, tanto jugadores como extranjeros, y el Estado con el establecimiento de políticas y acuerdos de cooperación internacionales para fomentar a los jóvenes talentos incluso desde edades tan tempranas como la primera infancia.
Talento extranjero
En marzo pasado, Fabio Cannavaro fue anunciado como el entrenador de la selección nacional de China. Reemplazó en el cargo a Marcello Lippi, quien dimitió tras perder en los Cuartos de final de la Copa Asiática frente a Irán por 0-3.
Cannavaro, Balón de Oro en 2006, y Lippi, entrenador del propio Cannavaro en la selección italiana que ese año se coronó campeona mundial en Alemania, son solo dos casos de jugadores y entrenadores de renombre que en años recientes han sido seducidos por los chinos para impulsar su liga local, y por arrastre su propio talento.
En la Superliga china 2019, que inició en marzo y culminará en noviembre, 12 de los 16 equipos participantes cuentan con entrenador extranjero. El mismo Cannavaro está al frente del Guangzhou Evergrade; Juan Ramón López Caro, quien manejó al Real Madrid en 2005; Quique Sánchez Flórez, ganador de la Supercopa de Europa y la Uefa Europa League con el Atlético de Madrid en 2010; Jordi Cruyff (hijo de Johan y exjugador del Barcelona y el Manchester United), son solo algunos de los directores técnicos que se destacan.