El Plano de la Demostración
Primera parte
El templo está dentro de uno mismo y no hay nada ni nadie con más poder que uno en nuestro exterior. Esa santidad que existe dentro de todos nosotros es lo que olvidamos cuando damos el audaz salto hasta lo más denso de la materia
Llegamos a este plano tan denso y dual, entre otras cosas, para poder demostrar que somos compasivos, generosos, etc.; para ello es necesario que exista alguien digno de compasión y generosidad, etc.
En ocasiones elegimos nacer de unos padres necesitados para poder dar lugar a otros a demostrar que han alcanzado niveles de espiritualidad aceptables mostrando sus valores.
Uno desperdicia este viaje si se retira a una cueva o a un cenobio de por vida; pero sí pudiera sernos útil una época de retiro para, a través de la meditación, conocernos a nosotros mismos; ha de haber mucho deseo y trabajo interior en esta época de retiro de manera que en el menor tiempo posible uno llegue a sentir al TODO dentro de sí mismo. Esto sólo serviría para cerciorarse por uno mismo de lo que ya experimentaron los místicos, pero el trabajo de demostración y de aprendizaje importante está fuera. ¿Cómo va a probarse uno si no interacciona con los demás? ¿Cómo va a demostrar su nivel de preparación espiritual en un medio muy fácil?
Siempre que partimos de este plano vamos a los otros mundos menos densos, a los que llamamos cielos más o menos sublimes dependiendo del nivel de evolución espiritual de cada uno (el infierno no existe; sólo existe como medio de producir miedo en nosotros para controlarnos con múltiples normas y culpabilizarnos).
Allí repasamos la última de nuestras vidas y seguimos aprendiendo, aunque también forman parte de nuestro cuerpo más sublime, nuestra alma, todas las experiencias que hemos vivido en las otras vidas, sin caer en el olvido. Preparamos nuestra siguiente visita a un mundo denso ayudados por nuestros guías tras un periodo de descanso más o menos largo y el motivo de volver es perfeccionar nuestros puntos más débiles y recordar que todos somos parte de un mismo SER, sintiéndolo y demostrándolo, no solo conociendo esta idea.
Sólo en casos aislados vuelve alguien que ya superó un nivel que le permite no volver a los planos densos, y estos seres vuelven por puro altruismo, con todas las capas del velo del olvido activadas.
El templo está dentro de uno mismo y no hay nada ni nadie con más poder que uno en nuestro exterior; esto sí, téngase en cuenta que la conjunción para alcanzar un fin es muy poderosa y sólo así se justificarían los templos en nuestro exterior, pero para ello hemos de aprender a orar con convicción plena de logro en grupo, siempre para fines positivos, nos vamos encaminado a perfeccionar nuestros valores hasta elevados niveles.
Han de tenerse en cuenta también puntos de la naturaleza singulares que son centros de una energía muy especial; si se hace la conjunción (meditación) en estos centros tendremos el mismo efecto en plena naturaleza que en los templos más sobresalientes, no en vano se elegía a menudo la ubicación de los templos en los lugares telúricos más apropiados.
Nos pasamos una eternidad recordando que el lugar hacia el cual nos dirigimos es el lugar de donde procedemos, y esa es la experiencia última. Eso es lo que hemos venido a aprender; eso es lo que hemos venido a recordar.
Esa santidad que existe dentro de todos nosotros es lo que olvidamos cuando damos el audaz salto hasta lo más denso de la materia, separándonos (en cierto modo) del origen y zambulléndonos profundamente en el abismo.
Continuará…
Lic. Paola López Oyarzabal
Parapsicóloga m1915
Psicóloga transpersonal m1846
Numeróloga – Astrologa –
Psico tarot – MReiki
Ritualista
Contacto: 2475425336