Tigre campeón de la Copa de la Superliga
Con goles de González y Janson, de penal, el equipo de Gorosito jugó en gran forma, obtuvo su primera estrella en la máxima categoría y, Conmebol mediante, podría disputar la Copa Libertadores 2020
El sorprendente Tigre, que la próxima temporada deberá jugar en la B Nacional, dio el golpe en Córdoba y se coronó campeón por primera vez en la máxima categoría al ganarle por 2 a 0 nada menos que a Boca. En la primera etapa, Federico González y Lucas Janson, de penal, anotaron para el Matador. El Xeneize fue pura decepción y terminó ofreciendo una pálida imagen ante la enorme cantidad de público presente en el estadio. «Es una alegría salir campeón con este grupo, que tiene muy buenos pibes», comentó el entrenador Néstor Gorosito, el DT del campeón. «Lo más importante es que se ganó, pero no soy mejor entrenador porque salí campeón», agregó.
La final de la Copa de la Superliga presentaba a dos adversarios a priori muy disímiles entre sí. Porque si bien Boca salió tercero en el torneo que Racing obtuvo en abril pasado, en las dos temporadas anteriores se había hecho del bicampeonato, cuando aún lo dirigía Guillermo Barros Schelotto. Todo lo contrario le ocurrió a Tigre, que pese al campañón que hizo desde que asumió Néstor Gorosito en el banco en febrero pasado –era uno de los últimos en la tabla y terminó en un más que meritorio noveno puesto–, no pudo evitar el descenso.
De igual modo, el premio por obtener la corona en el Mario Alberto Kempes –un pasaje a la Copa Libertadores 2020– parecía acaso más sustancioso para el Matador –con la curiosidad de que, Conmebol mediante, podría participar del máximo certamen continental y a la vez militar en la B Nacional– que para el conjunto xeneize, que ya tenía dicho boleto asegurado por –lo dicho– su tercer puesto en la Superliga 2018/2019.
Pero en la semana River había alzado su tercera Recopa Sudamericana y Boca debía asordinar el nuevo éxito internacional del equipo de Marcelo Gallardo con la obtención, al menos, de una nueva estrella local. Encima, en los últimos encuentros los de Gustavo Alfaro venían con la pólvora mojada y sus cotizados delanteros debían reencontrarse con el gol. En contrapartida, los de Pipo Gorosito, por caso en semifinales, venían de imponerse 6-0 a Atlético Tucumán en el global, por lo que poder de fuego no les faltaba.
En síntesis, Tigre llegaba a la final con un juego atractivo y contundente; en tanto Boca hacía lo propio con pocas luces, sufriendo mucho y pasando zozobra en la fase de cuartos con un doble 0-0 ante Vélez, al que sólo pudo doblegar en la tanda de penales.
En la gran final de Córdoba, Tigre estuvo a la altura de las circunstancias y salió a la cancha mejor parado que su encumbrado rival, que continuaba poco fino en los pases y con una falta de profundidad que alarmaba. Así, un corner de Montillo encontró la cabeza de Alcoba y la respuesta algo dubitativa de Andrada. En la réplica, Tigre jugó mal el achique y Benedetto reventó un poste cuando se iba solo frente al arco. Enseguida, Marinelli salvó las papas ante un tiro de Villa. Pipo Gorosito mascaba su eterno chicle más tenso que de costumbre. Hasta que una falla defensiva en el fondo xeneize permitió que González, con ayuda de Andrada, provocara el primer grito de la noche y pusiera al Matador en ventaja. Boca se puso muy nervioso. Al rato llegó el derrumbe: Izquierdoz bajó en el área a Janson y el penal lo facturó el propio volante para brindar al equipo de Victoria un impensado 2-0. Baldazo de agua helada para Boca, que pudo descontar con un tiro libre de Zárate, pero debió irse a los vestuarios dos goles abajo.
En el complemento, Boca apuró cambios e intentó torcer el rumbo. Pero con Benedetto errático (metió un cabezazo al palo), Zárate perdido y Tevez sin peso, el equipo de Gustavo Alfaro terminó capitulando. Tigre aguantó bien y se llevó el premio mayor con absoluta justicia, para alegría de su gente.