Casación respaldó al juez Ramos Padilla en su investigación de la banda de D’Alessio.
A pesar del bombardeo de la Rosada, la causa que investiga la red política-mediática-judicial para espiar y extorsionar a empresarios y antiguos funcionarios sigue adelante. La Cámara de Casación confirmó la detención de un ex miembro de la AFI con argumentos contundentes: la banda «socava el futuro de las instituciones democráticas»
La Sala II de la Cámara de Casación Penal confirmó este miércoles la prisión preventiva del ex agente de inteligencia Hugo Rolo Barreiro. La resolución, tomada por unanimidad, constituye un respaldo objetivo al juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, quien ordenó la prisión preventiva. También significa un apoyo a la Cámara Federal de Mar del Plata que viene estando de acuerdo con el magistrado. En concreto, los integrantes de la Casación sostienen que Barreiro está imputado por integrar una organización de espionaje e inteligencia, lo que significa que tiene conocimientos y habilidades para obstaculizar la investigación. Pero, en sus fundamentos, el camarista Alejandro Slokar profundizó aún más el significado del expediente señalando que se indaga en hechos que afectan y afectaron el orden democrático.
La Sala II de Casación tiene pendiente dos resoluciones de importancia sobre la competencia de Ramos Padilla en la causa y la rebeldía del fiscal Carlos Stornelli.
La resolución unánime llegó en un momento en que la Sala II y en especial el juez Slokar están bajo fuego justamente por el expediente de Dolores. En los últimos días hubo una feroz ofensiva desatada por Elisa Carrió, el propio D’Alessio, Stornelli y otros imputados en la causa de Dolores para sacar de la cancha a Slokar –lo recusaron– y por esa vía conseguir luego los votos en Casación para quitarle el expediente a Ramos Padilla. En ese clima, tiene su significado que Slokar, junto con Angela Ledesma y Guillermo Jacobucci hayan votado en conjunto, con fundamentos muy parecidos, la confirmación de lo resuelto por Ramos Padilla.
Rolo Barreiro estuvo en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) hasta 2016. Uno de sus últimos trabajos fue colaborar con el fiscal Bidone en la búsqueda de Ibar Pérez Corradi, prófugo por el tráfico de efedrina y por el triple crimen de General Rodríguez. Cuando (supuestamente) dejó la AFI empezó a realizar trabajos de seguridad con D’Alessio y en ese marco fue quien llevo al falso abogado hasta la fiscalía de Bidone, donde lo presentó como un agente importante de la DEA. A partir de ese momento, Bidone le proveyó a D’Alessio informes de entradas y salidas del país y entrecruzamientos de llamadas que el falso abogado usó para coaccionar y extorsionar. Por ejemplo, D’Alessio le dijo al empresario Pedro Etchebest que lo tenía investigado, que sus hijos habían salido del país tal día, que hablaban por teléfono con tal persona, exhibiendo así un poder intimidante. A eso agregaba su trato con Stornelli y con el periodista Daniel Santoro, todo lo que también exhibió para exigirle 300.000 dólares a cambio de solucionarle una supuesta difícil situación en la causa de las fotocopias de los cuadernos.
Slokar sostuvo en el fallo de ayer que esa actividad de inteligencia y espionaje es la que impide concederle una excarcelación a Barreiro ya que el ex espía tiene capacidad de intervenir en causas judiciales y obstaculizar la investigación. Además, cuando Ramos Padilla ordenó su detención, no se lo pudo encontrar en su casa y se presentó recién dos días después.
Pero lo más significativo del texto de Slokar, que lideró el fallo, es el diagnóstico sobre lo que se está investigando: «los hechos pesquisados en relación con las características y la modalidad de los mismos –referidos a distintas actividades y operaciones de investigación criminal, inteligencia y espionaje ilegales, maniobras coactivas, intimidaciones y extorsiones para obtener réditos económicos y otra clase de prestaciones o beneficios indebidos–, con más la cantidad de particulares y funcionarios públicos involucrados en la organización investigada compromete la vigencia del Estado de Derecho y socava el futuro de las instituciones democráticas”. O sea que no se trata de simples maniobras, sino de jugadas que alteran el orden democrático del país ya que se habrían realizado como una verdadera intervención en la vida política.
Angela Ledesma también votó por confirmar la prisión preventiva, aunque lo hizo con otras palabras y otra dimensión. La magistrada tuvo en cuenta que tanto Ramos Padilla como la Cámara de Mar del Plata tuvieron en cuenta que la asociación ilícita tenía espionaje, inteligencia, logística y una gran complejidad. Por lo tanto, concluye que si Barreiro y la asociación ilícita desplegaron semejante actividad, podrían usar las mismas artes para entorpecer la investigación.
Por último, Jacobucci consideró inadmisible el recurso presentado por la defensa de Barreiro, pero aún así transitó por el mismo camino que sus colegas. Jacobucci sostuvo que por las características de las imputaciones contra el ex espía hay riesgo procesal de que realice operaciones para alterar el expediente.
La resolución de ayer es la tercera de la Sala II de la Casación que constituye un respaldo a Ramos Padilla. Primero rechazó una recusación de Stornelli contra el juez. En segundo lugar también le dio la razón al magistrado en el rechazo a una excarcelación pedida por los dos comisarios retirados Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi integrantes de la asociación ilícita. Y ahora confirmó la prisión preventiva de Barreiro. También la Corte Suprema dio un respaldo tácito al juzgado de Dolores enviándole más personal.
Pese al bombardeo de la Casa Rosada, Comodoro Py y los grandes medios, la causa de Dolores sigue adelante. Salieron a la luz una cantidad asombrosa de maniobras, armados y delitos de todo tipo. Pero, como señala Slokar, el expediente mostró de forma descarnada cómo se instrumentó parte de la persecución política contra funcionarios del gobierno anterior.