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Machetes, cuchillos y amenazas en otro conflicto por tierras mapuches

«Te voy a rematar a cuchillazos, te conviene que te vayás». Estas fueron las palabras que utilizó un empleado del presunto nuevo dueño de nueve hectáreas que la comunidad mapuche Lofche Buenuleo afirma haber recuperado, luego de haber sido usurpados en 2014, en la zona de Cerro Ventana, a ocho kilómetros de Bariloche. En las imágenes del video al que accedió PáginaI12, Emilio Friedrich y tres hombres intentaron desalojar al grupo mapuche, entre los que había mujeres y niños, exhibieron machetes y cuchillos, al tiempo que les patearon la comida. Sucedió el martes, a pocas horas de que la comunidad ocupara el territorio, y en las últimas horas fracasó una audiencia de mediación en la Justicia de Bariloche.

«Iniciamos el proceso de recuperación colectiva de nuestro ancestral territorio, ubicado en el Cerro Ventana, que nos fue arrebatado de manera fraudulenta en 2014. El 24 de agosto de ese año de manera inesperada falleció Antonio Buenuleo, nuestro padre, abuelo, bisabuelo y lonko de la comunidad, que siempre nos dejó en claro que el día que él se fuera lo sepultáramos en el territorio», expresaron en un comunicado. «Los usurpadores aprovecharon esos días de profundo dolor y el laberinto de trámites en que nos encontrábamos despidiéndolo, personas ajenas a nuestra comunidad entraron con camiones llenos de materiales, alambrando y cortando el paso. No solo usurparon parte del campo sino que pusieron personas al cuidado del mismo», agregaron. Los Buenuleo afirmaron que «generación tras generación habitamos estas tierras, atravesando todos los artilugios perversos de este Estado con intención de despojo. Una maraña de burocracia invadía la paz de nuestro lugar, sin embargo seguimos estando, seguimos planificando nuestras vidas, nuestros sueños y deseos, para los que hoy estamos y seguramente para los que vendrán».

No había pasado un día y aparecieron en el territorio recuperado Friedrich y sus ayudantes. «Tu abuelo vendió la tierra, si querés te muestro los papeles», dijo uno de ellos, mientras otro los insultaba y Friedrich les decía «en mi casa no van a comer», mirando la comida que estaban preparando en el fuego.

Además del comunicado, enviaron audios en los que solicitaban ayuda. «A todos los pu peñi ka pu lamgien, a las mujeres y hombres no mapuche de buena voluntad, a la sociedad civil en general invitamos a solidarizarse; creemos que cuando parece que está todo perdido la última línea de resistencia reacciona. Vengan a acompañarnos cuantos más puedan porque nosotros no nos vamos a mover de acá», dijeron. E indicaron que se encuentran en Pilar II, donde está la toma de agua, y que aunque los vehículos comunes no pueden pasar se puede llegar caminando.
El fiscal penal Martín Lozada promovió una audiencia para comprometer a las partes para que no se produzcan «nuevos roces», tales como los que muestra el video donde hubo amenazas y exhibición de armas por parte de los presuntos propietarios. El fiscal expresó que cada uno expuso sus razones y el objetivo de la audiencia era conocer “la expectativa de las partes”, pero no resolver el litigio sobre la titularidad de la tierra, que corresponde a la Justicia Civil. Mientras la comunidad Buenuleo asegura que ese lote le pertenece por derecho ancestral, y que están asentados en el lugar desde hace más de cien años, Emilio Friedrich, quien se presentó patrocinado por la abogada Laura Zannoni, dijo tener en su poder un boleto de compra venta por 90 hectáreas firmado por Antonio Buenuleo como lonko de la comunidad hace ya diez años. Los mapuches dicen que la firma es apócrifa. Según reflejaron los medios locales, tanto Friedrich -que montó una cabaña en el lugar- como la comunidad mapuche conviven desde el martes junto al arroyo Ñireco, a pocos metros de distancia, con presencia policial permanente. Lozada dijo que por ahora mantendrán esa medida de resguardo.