Dictarán un taller de Teatro de las Personas Oprimidas
La modalidad teatral, creada por el brasileńo Augusto Boal, rompe con el escenario a la italiana y permite abordar una amplia gama de temáticas, desde la óptica de la opresión, y con claro posicionamiento – El taller será dictado en enero y propone como cierre una puesta armada por el grupo
La actriz, directora y docente teatral rojense Virginia Azzaretti, quien desde hace un tiempo reside en la capital, estará en Rojas para brindar –adhiriendo a las actividades por los setenta años del TAFS- un taller sobre Teatro de las Personas Oprimidas.
-¿De qué se trata esto del Teatro de las Personas Oprimidas?
-El Teatro de las Personas Oprimidas se suscribe dentro del teatro político latinoamericano, que surge en los años 60 y 70, creado por Augusto Boal en Brasil, quien luego fue viajando por distintos países, a la luz de las dictaduras que nuestro continente sufrió y desarrolló distintas técnicas donde propone un modo diferente de abordar el teatro. Estamos muy acostumbrados a ver el teatro a la italiana, con un escenario definido, actores y un público que mira, pero él cambia un poco las reglas de juego, creando la técnica que vamos a trabajar en el taller que voy a dar en Rojas, que tiene la particularidad de que se trabaja sobre una opresión social, cualquiera sea. Puede ser machismo, explotación laboral, diferentes opresiones, se presenta una obra y después se debate con el público para ver cuáles son las alternativas, que puede hacer esa persona oprimida para cambiar la situación y la idea es que el público puede pasar a actuar, tiene un momento de improvisación donde va a llevar a cabo su alternativa, topándose con las dificultades que presente el contexto de ficción armamos. Esa es una de las técnicas; hay otras pero últimamente me estoy centrando más en ésta.
“Estudié actuación en la UNA y cuando conocí Teatro de la Opinión, me llamó muchísima esa unión entre lo político y los teatral, y hace cuatro años que formo parte de un grupo en Capital, donde trabajamos distintos opresiones, haciendo intervenciones callejeras, obras de teatro-foro y talleres”, precisó.
En ese sentido, dijo que “estoy muy contenta siempre que puedo devolverle a Rojas todo lo que Rojas me dio y me sigue dando, porque tengo aquí a toda mi gente querida. Me invitaron desde el TAFS, al que estoy muy agradecida, a dar este taller, que será un intensivo de seis encuentros, en enero, con una muestra final, o sea que serían siete encuentros en total, para determinar montando una obra de teatro con las opresiones que el grupo proponga. También la idea es aportar algo a los festejos del cumpleaños 70 del TAFS”.
También explicó que “la metodología será teórico-práctica, aunque es necesario reponer algunas lectures porque es una modalidad que quizás no está tan a mano de todo el mundo, pero luego no dista mucho de una clase de actuación un poco más convencional”, y subrayó que “el énfasis va a estar puesto en lo político, y quiero aclarar que no es terapéutico, nos alejamos de esa mirada pero cada uno cuenta su historia y vivencias, puestas a jugar ahí para pensar qué reproducimos socialmente y qué podemos modificar entonces”.
“Partimos de pensar que toda práctica es política, no es partidaria pero tiene una consecuencia en lo que construimos como representaciones sociales, como formas de vincularnos en ese sentido, no vamos a trabajar desde una perspectiva psicológica pero sí vamos a intentar ver qué opresiones nos atraviesan, que muchas veces están invisibilizadas, y luego ponerlas en escena, para lo cual vamos a armar ficcional que nos ampare; no va a haber nombres propios, vamos a trabajar con la relación de clase, género y étnica como una variable que muchas veces nos genera víctimas de discriminación, y desde ahí hablar con el público para ver cómo podemos modificar esto desde la honestidad”.
La inscripción pñara este taller, cabe mencionar, ya está en marcha, y puede realizarse por mail a vir_azzaretti@hotmail.com, o por sus redes sociales de Facebook e Instragram, o directamente en el TAFS.
EL TEATRO DEL OPRIMIDO
El Teatro del Oprimido (TdO) es una tendencia teatral sistematizada por el dramaturgo, actor, director y pedagogo teatral brasileño Augusto Boal (1931-2009) a partir de los años 1960. Actualmente tanto Julián Boal, su hijo, y su grupo creado en París en 1979 siguen sus teorías desde Brasil y Francia respectivamente.
La mejor definición para este sería la de que se trata del teatro “de las clases oprimidas y para los oprimidos, para desarrollar una lucha contra estructuras opresoras”. El Teatro del Oprimido recibe influencia del Teatro Épico de Bertolt Brecht y de la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire. Las técnicas son las que comprenden unos juegos y dinámicas múltiples que se describen en su libro “Juegos para actores y no actores” para posteriormente analizar las opresiones y relaciones de poder y así poder combatirlas.
En el Teatro del Oprimido encontramos muchas líneas de trabajo como son el Teatro Periodístico, el Teatro Legislativo, el Teatro invisible, el Teatro Imagen y el Teatro Foro. Esta última es la más conocida de todas y todas tienen por objeto transformar al espectador en protagonista de la acción dramática y, “a través de esta transformación, ayudar al espectador a preparar acciones reales que le conduzcan a la propia liberación”. Por ello recibe el nombre de espect-actor. La Estética del Oprimido fue la última línea de investigación teatral desarrollada por Augusto Boal antes de su muerte.
Entre otras técnicas, el Teatro de las Personas Oprimidas utiliza la “dramaturgia simultánea”, que define el tipo de interacción actor-audiencia. Es la técnica en la cual a mitad del trabajo teatral se detienen los actores en el escenario, para preguntarle a la gente de la audiencia una solución para su situación o problema. La audiencia da su punto de vista y sus posibles soluciones. Este método reúne las ideas de las personas para llegar a la mejor solución, esto promueve el diálogo consistentemente, y derrumba las barreras que dividen al actor de la audiencia. La audiencia tiene la capacidad para dirigir el curso de la obra, y aún más importante, le otorga un sentido de poder a la audiencia: un increíble factor en el activismo político, y por eso el nombre de Teatro del Oprimido. Una vez la obra de teatro se representa, los espectadores pueden salir al escenario a realizar cambios sobre la dramaturgia propuesta.
Las obras de Teatro del Oprimido parten del análisis de las inquietudes, problemas y aspiraciones de la comunidad que sufre las opresiones y tratan de activar a la que van dirigidas.