Coronavirus: El Gobierno empieza a repartir miles de notebooks que el macrismo había abandonado
A un mes de la suspensión de clases por la pandemia, el ministro de Educación hace un balance de las medidas tomadas para garantizar la continuidad pedagógica y analiza los posibles escenarios futuros. Ante las desigualdades en el acceso a Internet, anuncia que, después de readecuar los equipos, la próxima semana comenzarán a distribuirse las notebooks del Conectar Igualdad, que el gobierno anterior había discontinuado
El Ministerio de Educación comenzará a entregar la semana próxima 135 mil notebooks y tablets en el Conurbano y diez provincias del norte argentino, las zonas del país donde hay más estudiantes secundarios sin acceso a una computadora. Así lo adelantó el ministro Nicolás Trotta, que explicó que se trata de los equipos que fueron encontrados en febrero , en un depósito del Correo Argentino, donde el gobierno de Cambiemos los había dejado sin distribuir desde 2016, cuando abandonó el plan Conectar Igualdad. Las notebooks fueron actualizadas para que puedan usar la plataforma digital Seguimos Educando, una de las herramientas creadas desde el Estado nacional para sostener la continuidad pedagógica durante la pandemia. En diálogo con PáginaI12, Trotta dijo que este lunes será distribuida, además, la segunda tanda de cuadernillos con actividades diarias, para las semanas que van del lunes 20 de abril al viernes 8 de mayo. Hoy se cumple un mes de la suspensión de las clases presenciales que obligó a estudiantes y docentes (¡y las familias!) a zambullirse en la educación a distancia, dejando al descubierto cómo el acceso a tecnologías digitales se ha vuelto otra dimensión de las desigualdades que atraviesan al país.
— Un mes es poco tiempo, pero seguramente alcanza para tener un primer panorama: ¿cuál es la principal dificultad que están viendo en la educación a distancia, la que cree que hay que salir a resolver primero?
— La escuela es irremplazable. Lo que estamos intentando hacer es que haya continuidad pedagógica, y el principal desafío que tenemos es que no se profundice la desigualdad, en una Argentina que es desigual, con regiones en las que la desigualdad es la regla y no la excepción. Por eso el Estado, y nosotros como gestión, tenemos que generar la mayor cantidad de herramientas para contener el crecimiento de la desigualdad en un marco que es de emergencia, y en un contexto que también afecta a los adultos del hogar, que están inmersos en la incertidumbre, como toda la sociedad. Nosotros desplegamos una enorme cantidad de instrumentos: creamos la plataforma digital Seguimos Educando y gestionamos que se pueda navegar sin gastar datos, emitimos programas de televisión y de radio, distribuimos siete millones de cuadernillos con un plan de trabajo diario. Son todas herramientas que dialogan entre sí. Lo que pretendemos es escolarizar nuestros días con ejercicios, materiales diarios y un trabajo en común. Obviamente, nada de esto resuelve la profunda desigualdad que hay en la Argentina.
— En estos días se hacen nítidas las consecuencias de la desigualdad digital. Sobre todo por cómo quedan en desventaja los chicos que no tienen notebooks, una consecuencia directa de la decisión de Cambiemos de abandonar el plan Conectar Igualdad.
— Sí. Sería distinta la situación si se hubiera continuado con el Conectar Igualdad, si hubiese alcanzado al menos la mitad de las computadoras que se distribuyeron en la gestión de Cristina Kirchner. El Conectar Igualdad cumplió 10 años de su lanzamiento el 6 de abril; me acuerdo bien de la fecha porque ese día nosotros íbamos a lanzar el nuevo Plan Federal de Conectividad Juana Manso, porque hay que avanzar en la conectividad de nuestras escuelas. Tenemos sólo un 40 por ciento de las escuelas conectadas y un 60 por ciento de la matrícula estudiantil. Se abandonó el proyecto de una computadora para cada uno de nuestros estudiantes secundarios, y es ahí donde hay que intentar retomar. Lo dijo el Presidente el 1 de marzo, en su discurso ante el Congreso Nacional: para nosotros libros y computadoras son un acto de ciudadanía. Son un derecho que tiene que ser garantizado por el Estado incluso en momentos de mucha complejidad fiscal… y hablamos del que había antes de la pandemia.
— Con los libros ya se empezó. ¿En qué momento podría ser retomada la distribución de computadoras?
— Ahora hemos readecuado las computadoras encontradas en un depósito del Correo Argentino, sin entregar. Al 80 por ciento de esas computadoras y tabletas las vamos a empezar a distribuir la semana que viene, en los dos lugares donde hay que poner el foco en la lucha contra la desigualdad: el Conurbano de la Ciudad de Buenos Aires y las diez provincias del norte grande argentino. No es un número sustantivo en cuanto a la necesidad, porque entre tablets y notebooks van a ser unas 135 mil, más algunas que están todavía en proceso de readecuación. Es fundamental volver a generar un esquema de una computadora por estudiante secundario en los próximos años; claro que es un enorme desafío en términos fiscales.
— ¿Cómo definieron a qué escuelas mandarlas?
— No las vamos a mandar a escuelas, porque hoy físicamente no están abiertas. Se van a distribuir en los territorios con mayores niveles de vulnerabilidad, con los gobiernos provinciales y los municipios.
— ¿Tuvieron que modificar las computadoras, que eran de 2016?
— Las tuvimos que cargar, actualizar el software. Estamos readecuando entre 5 y 6 mil computadoras por semana, que son las que vamos a empezar a distribuir la semana que viene.
«La mayor presencia del Estado posible»
— Habló con varios ministros de Educación de países europeos, donde llevan más tiempo sufriendo el coronavirus. ¿Qué dicen ellos sobre la educación en tiempos de pandemia? ¿Qué han hecho en el hemisferio norte que le parezca utilizable en nuestro invierno, si esta situación se alarga?
— A ellos los agarra en el último trimestre del año lectivo, es una situación distinta, y con realidades de mayor igualdad que la nuestra. El despliegue de políticas en algunos casos fue similar al nuestro, y en otros vemos que nosotros tuvimos la necesidad de crear más herramientas para llegar a la realidad más diversa de nuestros hogares.
— Ellos tienen alumnos con más conectividad.
— Tienen más conectividad, más acceso a la tecnología y una realidad social de Estados mucho más articulados y presentes. Estados de bienestar mejores que el argentino, que además ha sufrido mucho en los últimos cuatro años. Sus índices sociales son mucho mejores que los de los países latinoamericanos. Pero mi idea de hablar con ellos era conocer qué hicieron y sobre todo preguntar cuándo pensaban que se podía volver a las aulas, cómo estaban pensando el proceso del día después: cómo iba a ser la promoción de los años, cómo pensar la acreditación de saberes… y me llevé que ellos tienen una enorme incertidumbre sobre cuándo se va a poder volver. Varios se están planteando ya directamente la vuelta en el próximo ciclo lectivo, en septiembre. La decisión de (el presidente francés, Emmanuel) Macron, sobre la posible vuelta a las escuelas el 11 de mayo sorprendió y por lo que uno lee no tuvo buena recepción entre los docentes y las familias, pero cuando hablé con el ministro la semana pasada todavía no lo tenía en agenda. Porque hay una tremenda incertidumbre sobre cómo va a evolucionar la pandemia, el control de la curva, el nivel de contagio, las muertes que esto genera.
— Se conoció un estudio de Harvard que dice que es posible que tengamos que pasar por varias cuarentenas, hasta 2022. Esto obligaría repensar todo el sistema educativo, ¿es un escenario que han evaluado, el de tener que educar combinando períodos de normalidad con nuevas cuarentenas?
— Tenemos que pensar en todos los escenarios. Nosotros empezamos a trabajar el 6 de marzo por si había que llegar a suspender las clases, y diez días después se suspendieron. Desde el primer día empezamos a trabajar en escenarios de mediano y largo plazo, sin saber qué es lo que va a ocurrir. Estamos en la misma situación. Lo que el Presidente nos pidió es que trabajemos en todos los escenarios con la mayor presencia del Estado posible, y en eso estamos trabajando.
— ¿Qué les dice a los padres sobre qué es lo que importa educativamente en este período?
— Es un momento de incertidumbre no sólo para la Argentina, sino para todo el mundo. La certeza que tenemos es que hay que priorizar la salud, en un esquema en el que seguimos educando a la distancia, con mucho esfuerzo de las maestras y maestros, de los estudiantes y de las familias. Lo que queremos plantearles a las familias es que este es un momento de cuidar la salud, de acompañar a los más pequeños y a los adolescentes para tratar de lograr la continuidad pedagógica, pero teniendo en cuenta en que este es un momento único, impensado, que impacta sobre los chicos en lo psicológico porque cambiaron todas sus rutinas, por eso que es muy importante darles contención y ver cómo hacemos dialogar la escuela con la familia.
— ¿Y a los docentes?
— Si hay algo que destacar en este momento es el enorme compromiso de los docentes, que son los que tienen en realidad la capacidad de sostener o promover una instancia de continuidad pedagógica. Sólo tengo palabras de reconocimiento al trabajo de los docentes en términos pedagógicos, y también en la tarea de sostener otro derecho básico del que se están ocupando muchas escuelas en la Argentina, que es el derecho a la alimentación. Auxiliares, docentes y directivos están ocupándose de distribuir viandas y bolsones de alimentos en todo el país. Si reconocemos a los trabajadores de la salud, de la seguridad, de la logística de alimentos, también merecen un reconocimiento de igual magnitud todos nuestros docentes.