Seguridad: la muerte del policía relanzó el debate por el uso las pistolas Táser
El asesinato del inspector de la Policía Federal, Juan Roldán, reavivó en las últimas horas el debate sobre la utilización de las pistolas Táser en la Argentina, cuyo uso fue prohibido por la ministra de Seguridad, Sabina Frederic en los inicios de su gestión.
El ministro de Seguridad, Sergio Berni, volvió a mostrar diferencias con su par nacional. “Quedó claro que el uso de las Táser es fundamental”, sostuvo. Y añadió que se deberían “revisar ciertas cuestiones ideológicas”.
La mirada de Berni coincide con la de la titular del PRO y exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien siempre defendió su uso y sostuvo que “la discusión de la Táser es ridícula y atrasa”.
Poco después, y a través de un hilo de tuits, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa argumentó a favor de estas pistolas al señalar que es preciso recurrir al “uso de nuevas tecnologías” pero con una fuerte capacitación de los miembros de las fuerzas de seguridad.
“Usar Taser, tonfas o cualquier instrumento nuevo que ayude a incorporar tecnología contra el delito es una obligación. Son las herramientas que en Estado de Derecho nos da la Constitución para hacer cumplir la ley”. Luego agregó que es preciso “garantizar un entrenamiento en estas herramientas menos letales que demandan una capacitación tan rigurosa como las más letales. Necesitamos fuerzas de seguridad capacitadas y con todos los recursos”.
Es más, Massa indicó que es “obligación reequipar, profesionalizar en el uso de nuevas tecnologías, capacitar a nuestras Fuerzas de Seguridad y defender su actuación en el marco de la ley, para que cumplirla sea la regla y el que comete un delito sea castigado”.
Sin embargo, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, ya aclaró que “no está en estudio” el uso de tásers.
“Lo que pasó ayer (por el lunes) vale la revisión de ciertas cuestiones ideológicas que no valoran la vida de la yuta y tienen a la policía como moneda de cambio”, aseguró Berni. “La Taser es fundamental para situaciones de las características de lo que pasó en Palermo”, dijo el ministro bonaerense y agregó que “en el 2020 no podemos estar discutiendo si la Taser sí o no por una cuestión ideológica”.
“La gente que discute las Taser no está en la calle y no tiene el riesgo que sus hijos sean apuñalados. No hay duda que con las Taser nos evitábamos dos muertos. En esta situación, la ideología no se puede entrometer. Quiero saber qué pensaría la gente que dice que las taser son como las picanas si el oficial Roldán fuera hijo de ellos”, indicó.
En medio de la polémica, el Gobierno porteño dio la orden de avanzar con la compra de 300 dispositivos de inmovilización temporal para que sean utilizadas por la Policía de la Ciudad. Así lo confirmó el vicejefe de Gobierno Diego Santilli, quien además está a cargo del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño.
El proceso para adquirir estas herramientas conocidas como pistolas Taser se inició el año pasado, cuando también se enviaron a instructores de tiro del Instituto de Seguridad Pública de la Policía de la Ciudad a capacitarse a distintos países.
“Nuestra intención es equipar con estos instrumentos tipo Taser a nuestra Policía, como una herramienta más para cuidar a los que nos cuidan. Por eso di la instrucción de reiniciar el proceso de compra de 300 de estas unidades”, afirmó Santilli a Clarín.
El vicejefe de Gobierno porteño afirmó: “Prefiero que la Policía utilice estos dispositivos antes que un arma de fuego. Es una herramienta que ayuda a reducir a un delincuente en una situación complicada, sin tener que usar un arma letal”.
En contra de su uso
Quienes dijeron que las táser eran similares a las picanas fueron Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, APDH, H.I.J.O.S. y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. “Esta arma eléctrica no hace más que traernos del pasado la práctica y el recuerdo de la tristemente célebre picana”, escribieron en un comunicado conjunto ante el primer intento de uso de táser por parte del gobierno de Macri en la Ciudad.
Quien derogó el protocolo para el uso de las táser que había instaurado Patricia Bullrich en mayo de 2019 fue Sabina Frederic. La ministra indicó que las 300 pistolas que había comprado Bullrich serían usadas “en toma de rehenes, algunos allanamientos, circunstancias extremas”.
Sin polemizar con Berni, el secretario de Seguridad nacional, Eduardo Villalba, advirtió que no es posible saber qué hubiera pasado si el policías acuchillado hubiera tenido una táser y advirtió que el número de táser que tiene a su disposición el Estado es muy inferior a la cantidad de agentes. “Discutir sobre las Taser hoy es una entelequia porque nunca las tuvo la Policía”, indicó.
La polémica por las táser comenzó con una prueba piloto durante la gestión de Mauricio Macri como jefe de Gobierno, con Guillermo Montenegro como Ministro de Seguridad. En ese momento se compró un número pequeño de Taser X-26 para probarlas: eran cinco, en total. Esto fue repudiado por organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y otras entidades.
En particular, Amnistía Internacional recordó que las llamadas “armas no letales” habían producido muertes a lo largo del mundo. Solo en Estados Unidos, entre 2001 y 2008, mataron a 334 personas. Por eso, la empresa que las fabrica debió enfrentar más de 300 juicios e indicó en el instructivo que sus efectos “aumentan el riesgo de morir o de un daño severo”. El Comité contra la Tortura de la ONU las clasifica así: “Provocan un dolor intenso, constituye una forma de tortura y en algunos casos puede causar la muerte”. (DIB) MCH