Informe pronostica que el 2022 será un año difícil para el consumo: los motivos
El consumo evidenció signos de recuperación en la segunda mitad del 2021, luego del retroceso pronunciado que sufrieron los rubros más afectados por la pandemia. De acuerdo a un estudio de la consultora ABECEB, este año seguirá evolucionando a un ritmo bajo, en torno al 4%, “perdiendo potencia a medida que termine el verano, que disminuya el ingreso disponible con el aumento de las tarifas, y que continúe el empobrecimiento de la clase media, con familias endeudadas y con mayores dificultades para aprovechar los beneficios de los programas como Ahora 12”, según estima el análisis privado.
La perspectiva para el 2022 no es favorable para el conjunto del consumo, “con excepción de algunos mercados puntuales como el automotriz y el de electrodomésticos», consideran desde la consultora e indican que “este año no se contará con los anabólicos propios de un año electoral ni espacio fiscal, y además habrá menos ingresos disponibles por la necesidad de ajustar tarifas”.
El informe asegura que “la confianza del consumidor se mantiene en un estado de letargo” y explica que “la percepción de que es un buen momento de comprar durables, como refugio de valor por el impacto de la brecha y la existencia de programas de financiamiento subsidiado; se compensa con una mirada negativa del entorno macroeconómico y de la situación personal, donde además el futuro se deteriora más rápido que el presente”.
En la mirada de ABECEB, los ingresos no podrán apuntalar el consumo por tres motivos centrales: por un lado, el aumento del endeudamiento de las familias implica rendimientos decrecientes de programas como Ahora 12; por otro, la necesidad de dar señales para moderar los registros inflacionarios va a estar presente en las negociaciones salariales; y por último, el empleo, luego de reacomodarse a la pandemia en 2021, aportará pocos puntos a los ingresos de las familias.
“El poder de compra apenas acompañará a la inflación”, aseguran desde la consultora estimando que estará un 4% por debajo de 2019 en términos agregados y un 16% debajo de 2017. A su vez, señalan que esperan una tasa de desempleo que se ubique en promedio en 8,7% de la Población Económicamente Activa (PEA) sin una completa normalización de la tasa de actividad, “lo que significa la creación de alrededor de 400 mil puestos de trabajo en un entorno de crecimiento del 2,9%”.
Asimismo, afirman que “la polarización por tipo de empleo continuará sosteniéndose: esperamos que los trabajadores formales privados, y los independientes sean los únicos que evidencien subas en términos reales (0,5% i.a y +2,7% i.a.), mientras los ingresos de los empleados públicos mantendrán una trayectoria por debajo de la inflación, al igual que los informales”.
Desde ABECEB advierten que “los bolsillos flacos impiden que las mejoras sean para todas las categorías: gran parte del consumo de reposición de bienes durables ya ocurrió en 2020/2021 y las compras de indulgencia que empujaron a las categorías de hogar y alimentos dejan su lugar al esparcimiento”.
Además, destacan que “la normalización de la movilidad implicó y continuará acompañando una normalización de las canastas de consumo. Esto se confirma en un aumento en los gastos con tarjeta de crédito en bares y restaurantes, alojamiento, viajes y transporte; cuya contraparte es una caída del consumo de productos para el hogar, alimentos y tecnología”.
Finalmente, consideran que “continuará la necesidad de seguir adaptándose a la nueva morfología de los mercados de consumo: la penetración de las plataformas de pago online que se acelera a partir de la interoperabilidad de los QR y la consolidación de los marketplaces y el e commerce propio, con un segundo año en el que prácticamente se duplicará la facturación por venta online”.