Arabia Saudita apura su ambición nuclear
En pleno proceso de reformas sociales, políticas y económicas, Arabia Saudita, que quiere limitar su dependencia del petróleo, anunció un ambicioso plan de energía nuclear civil, un sector que levanta suspicacias por sus implicaciones geopolíticas
En pleno proceso de reformas sociales, políticas y económicas, Arabia Saudita, que quiere limitar su dependencia del petróleo, anunció un ambicioso plan de energía nuclear civil, un sector que levanta suspicacias por sus implicaciones geopolíticas.
El gobierno del reino wahabbita aprobó oficialmente la nueva “política nacional sobre el programa de energía atómica”, un anuncio que llega poco menos de una semana antes de la visita a Estados Unidos del príncipe heredero saudita, Mohammed ben Salman, hijo del rey Salman y hombre fuerte del país.
Después de que la economía sufriera mucho en los últimos años por la caída del precio del petróleo, el reino quiere construir 16 reactores nucleares, los primeros del país, por un valor estimado en 80.000 millones de dólares.
El objetivo es alcanzar una capacidad instalada de 17,6 gigavatios hasta 2040, que representaría un 10% de la producción total de la electricidad del país.
En octubre, el ministro de Energía, Khaled al-Falih, aseguró en un foro sobre energía eléctrica en Riad que el programa empezará con la construcción de dos reactores produciendo cada uno entre 1,2 y 1,6 gigavatios.
La construcción debería empezar a principios del año que viene pero las centrales no entrarían en funcionamiento hasta 2027.
Frente a Irán -que durante décadas y hasta el histórico acuerdo de 2015 fue considerado un paria internacional por su programa nuclear- Arabia Saudita, su gran rival regional, quiere dar una imagen de seriedad y prometió «limitar las actividades atómicas a fines pacíficos».
Las autoridades aseguraron además «transparencia» y «seguridad» en sus instalaciones cumpliendo con los tratados internacionales.
Sin embargo, las ambiciones nucleares de Riad ya han levantado suspicacias.