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¿Por qué algunas personas prefieren estar solas?

Un estudio sobre casi medio millón de personas localiza las variaciones genéticas que contribuyen a desarrollar determinados comportamientos sociales, entre ellos el aislamiento

La soledad es una circunstancia de la vida cada vez más común en nuestro tiempo. Por poner un ejemplo, en la Argentina ha crecido la tendencia de los hogares unipersonales como una elección de vida y tres de cada diez personas viven solas. Esta situación se da principalmente entre la franja de gente de entre 30 y 49 años siendo mayoría mujeres.

Muchos pueden ser los factores que influyen en ser más o menos solitarios, aseguran los expertos, entre ellos el ámbito en el que se mueve, la familia, los amigos y hasta el clima. Y también la genética juega un papel claro, según un estudio publicado en una prestigiosa revista internacional.

Los autores han examinado el genoma de casi medio millón de personas y han localizado, en 15 regiones diferentes, variaciones genéticas comunes asociables con la tendencia a la soledad. También se relacionan ciertas cuestiones con algunos tipos de interacción social como ir a un club deportivo, participar en grupos religiosos o pasar el tiempo libre en un bar. Y no es todo: el estudio demuestra además una influencia del sobrepeso en efectos negativos para la salud mental y en el sentimiento de soledad.

“Ya sabíamos que el aislamiento y la interacción social tenían un componente genético, pero hasta ahora no hemos podido identificar ninguno de los genes individuales que influyen en estas cualidades», explicó John Perry, uno de los tres investigadores que han realizado el estudio.

Para llegar a estas conclusiones, los científicos británicos han comparado la información genética de casi medio millón de británicos con las respuestas de cada uno de ellos a un cuestionario con múltiples preguntas sobre su percepción de la soledad, el tipo de vida familiar y otros aspectos relacionados con la sociabilidad.

El hecho de que los genes influyan en estos aspectos de nuestra vida no significa ni mucho menos que sean el único factor determinante. Hay una parte de la soledad que está influida genéticamente, pero en ningún momento los autores nos dicen que los factores ambientales de riesgo, que pueden ser muchos, no sean importantes.