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Argentina, séptima en el ranking mundial de inflación

Argentina ocupa el séptimo lugar en el ranking mundial de inflación, según una elaboración de ámbito.com sobre la base del informe Perspectivas Económicas del Fondo Monetario Internacional dado a conocer este martes en Washington.

El organismo multilateral prevé que el año termine con un aumento de los precios al consumidor de 22,3%, en línea con las estimaciones privadas, pero cinco puntos por encima de la meta oficial. Argentina por varios años ocupo entre el tercer, cuarto o quinto lugar en el listado de países del mundo con alta inflación. Hoy se ubica en el lugar séptimo pero no por mérito propio sino porque, lamentablemente, hay más países donde la inflación está escalando.

En el mundo son solo ocho países con una inflación superior al 20% sobre un total de 200 países en todo el mundo. El primer puesto se lo sigue llevando Venezuela, con una suba estimada para este año de 1.133%, seguida por Sudán con 111%.

Desde el punto de vista regional, África es el continente que registra los mayores problemas, con diez países con una inflación anual superior al 10%.

Según el Fondo, la inflación en los países emergentes -excluidas Venezuela y la Argentina, para no distorsionar las cifras por los altos de los índices de estos países- se mantendría relativamente estable en torno de 4,2% anual para el año en curso y 4,4% en 2018, cerca del 4,3% verificado el año pasado.

Para los países desarrollados, se espera una suba de 1,7% en promedio, por encima del 0,8% de 2016, pero de todas formas por debajo del 2% que se han fijado como objetivo distintos bancos centrales.

Pese a lo alto de la inflación en la Argentina, el fondo destaca que se espera una reducción «vertical» en los índices de precios, tanto para 2017 como para 2018, cuando según el FMI terminaría el año en 16,7% -todavía por encima del 12% fijado por el Banco Central de la República Argentina.

El FMI confía en que se desacelerará la inflación en el país como consecuencia de la política monetaria contractiva que lleva adelante el BCRA y que las negociaciones salariales ya no toman tanto en cuenta la inflación pasada como la futura.