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El Fútbol de Rojas, el del choripán y la puteada

    El primer partido de la serie final de la segunda etapa de clasificación terminó a las trompadas, primero cuando a la salida del campo de juego Raulito Speroni le aplicó un golpe a Jonathan Preciado. Las aguas se calmaron en el pulmón de ingreso los vestuarios, pero afuera del estadio se armó la batahola. Otra tarde negra para el Fútbol rojense.

Allá por los primeros meses del año se jugó como es habitual el torneo Nocturno preparatorio, certamen del cual participan todos los clubes de nuestra ciudad y algunos representantes de Ligas vecinas, campeonato que es de carácter amistoso más allá de que se le intente dar un tinte oficial para que los jugadores cumplan fechas de suspensión que arrastran del año anterior.

Llegó a su fin aquel torneo Nocturno y los que arribaron a la definición fueron los elencos de Juventud y Argentino, cotejo que finalizó con triunfo del Albiceleste en la serie y con enojo por parte de un jugador de la Juve, que decidió dar de patadas a los trofeos que se iban a entregar en la ceremonia de premiación.

Así arrancamos la temporada, después se vino la competencia oficial, en la cual se compartió cartel con las Ligas de Colón y General Arenales.

Mucha ilusión como de costumbre en los clubes de nuestra ciudad, resaltándose el regreso de un hijo dilecto del balompié rojense, el arquero Federico Vilar, quien tomó la determinación de ponerle el punto final a su extraordinaria carrera como profesional para volver a vestir los colores del club de sus amores.

Las demás instituciones no quisieron ser menos y en mayor o menor medida trataron de reforzar sus planteles para estar en dar pelea en la competencia regional, que para este año se decidió vaya uno a saber porque motivo, jugar antes que la local.

Algunas producciones interesantes de los equipos, otros que no encontraron regularidad y abandonaron el certamen antes de los esperado.

El último campeón El Huracán, con un plantel reducido respecto del año anterior, no pudo avanzar de la misma manera, siendo los elencos de Carabelas y Argentino los que tomaron la bandera del Fútbol rojense.

Argentino había pasado caminando la etapa de clasificación hasta que llegó la serie de cuartos de final con Social de Ascensión, equipo que lo llevó a jugar la ronda repechaje, fue en un partido que terminó con varias discusiones.

Al domingo siguiente fue Singlar Club de Ascensión el que directamente despidió al Albiceleste de la competencia, fue allí donde se produjeron serios incidentes dentro del campo de juego y fuera del estadio, donde no se sabe quien aún le rompió la cabeza a un juez de línea con una trompada.

Actuó el Tribunal de Penas con una sanción ejemplificadora y días después se produjo la renuncia del presidente de dicho ente, supuestamente por haber recibido la agresión de un jugador, aunque esto nunca se pudo constatar desde lo legal.

Lo cierto es que renunció el presidente del Tribunal, los demás miembros y aquí no ha pasado nada, negativa por completo del club Argentino de lo acontecido tanto dentro como fuera de la cancha y ninguna muestra de repudio oficial por parte de las demás instituciones, con lo cual nos lleva a pensar que avalaron los hechos y que en una situación similar hubieran actuado de la misma manera.

Sin Tribunal de Penas en la Liga se encaró la parte siguiente local, con un Carabelas que no pudo estar en las finales del certamen de la Alianza aunque se despidió dejando una imagen interesante de cara al torneo doméstico.

En medio de eso la Liga Deportiva y los clubes afiliados no pudieron conformar un nuevo Tribunal de Penas y debieron recurrir a la Federación Norte, la máxima expresión de desorganización de competencias que debe existir en el país, a estas palabras nos remitimos tomando como referencia las Ligas afiliadas que participan de sus certámenes.

Arrancó el torneo local, siguieron las Divisiones Juveniles y a la vista el torneo que organiza la Federación para la categoría Sub-15, certamen que se juega todos los años y en la misma época, pero en Rojas nos olvidamos de ese certamen, se conformó el plantel una semana antes y un día antes se confirmó el cuerpo técnico, incluso corriéndose la bolilla de que no se había prestado demasiada atención porque la categoría “no generaba muchas expectativas”, faltándole totalmente el respeto a los chicos, a las juveniles, a la escuela, a lo más valioso que tiene una actividad en general y la deportiva en particular.

En ese panorama dirigencial se fue moviendo el Fútbol de Rojas en la temporada, una vez más cambiando el formato de competencia, ahora más reducida, con la posibilidad de que equipos de una misma liga no se pudieran ver las caras ninguna vez en el año.

Para todo esto se pensó en una Copa Challenger que no se sabe para que va a existir si es que existe, pero se desestimó la idea de jugar más fechas del torneo oficial, quizás contando con la chance en estos meses de verano de poder jugar partidos entre semana, algo que si se hace, pero en los meses de invierno, cuando las temperaturas son pocos superiores al cero y prácticamente nadie va a la cancha, pero no mucho más se puede pedir de una Liga donde no hay asambleas, donde no hay memorias y mucho menos un balance de ejercicio, cuestiones que han solicitado los clubes reiterádamente y no obtuvieron respuestas esclarecedoras.

Así nos fuímos moviendo, con clubes que tomaron la determinación de no aceptar generalmente la programación de los partidos establecida en las reuniones de los lunes, donde delegados de cada uno de ellos participan de las decisiones.

De hecho se adujo por parte de un club que no se podía jugar en su cancha porque en su lugar estaba lloviendo cuando en realidad se faltó a la verdad. Nadie tomó la determinación de quitarle los puntos, por el contrario, se le reprogramó la fecha para que pudiera completar con el calendario.

Terminó la etapa de clasificación con Argentino siendo dueño claramente de la tabla de posiciones y clasificado directamente a la finalísima

Arrancaron los cuartos de final de la segunda fase y para las revanchas hubo inconvenientes para programar cuatro partidos en un fin de semana largo y con uno que se decidió adelantar para la noche de un viernes con tres grados de temperatura.

Ese partido se anunció para el domingo, después para la tarde del sábado, después para la noche del sábado, después para el lunes y se terminó jugando al viernes siguiente, de noche, con el objetivo de que se pudiera recaudar algo más en la venta de los comestibles que se ofrecen al público, porque no creemos que haya sido por las condiciones lumínicas de ese estadio ya que es evidente que como varios otros no se presentan como para jugar un partido oficial en horario nocturno.

Así continuó este certamen hasta llegar a la final, hasta el momentos sin demasiados incidentes, pero sin dejar de olvidar que fecha tras fecha el Tribunal de Penas de la Federación Norte impuso sanciones fuera de lo común para nuestro fútbol, con jugadores que un día recibían una pena y al otro otra diferente, con jugadores suspendidos que no habían jugado la fecha, y todo dale que va, sonrisitas y siempre las culpas a terceros, a los árbitros, que para lo que no saben son puestos en consideración de los clubes en el comienzo de cada año, y por supuesto de la prensa, la pricipal vía expiatoria de los simpatizantes, dirigentes y a veces de los mismos jugadores, de allí que en el caso de este medio hemos recordado perfectamente el día de la madre en cancha de Boca Juniors en el encuentro entre Deportivo Unión y Argentino, de allí que agradecimos en aquella oportunidad el recordatorio a la hinchada de la entidad de la vecina localidad (N. de la R.: Luego el club envió una carta pidiendo las disculpas del caso), y también lo vivimos en cancha de El Huracán, en el partido en el cual el último campeón se midió con Independiente de Inés Indart, cuando un jugador y luego hinchas nos hicieron responsables del cobro de un penal por parte del árbitro.

Llegamos a la final y los protagonistas Juventud y Argentino, los mismos que en el comienzo del año definieron el campeón del torneo Nocturno amistoso-oficial.

El primer partido de la serie se disputó en el estadio del “Vagón sin Ruedas” de barrio Nehuenche y horas previas al compromiso se informó los lugares de acceso para cada una de las hinchadas, haciéndolo por barrio Unión, puerta de la terminal, la gente de Juventud, en tanto por barrio Nehuenche, la gente que se acercó para seguir a Argentino.

No sabemos bien el motivo del cambio, porque generalmente la gente de Juventud ingresa y se ubica en el otro sector, pero deducimos que se tomó esta determinación para poder tener la espaldas de los jueces de línea, con el fin de que mediante un insulto o una puteada este pudiera levantar la bandera en una posición adelantada inexistente o bien llame al árbitro para informarle sobre alguna anomalía por parte del rival.

Teniendo en cuenta que nada se definía este domingo muchos imaginaban que todo se iba a dar en paz, lo mismo pensó la organización del partido, por eso lejos estuvo de prever que habría expulsados, que los mismos podrían quedarse dentro del pulmón de ingreso a los vestuarios, que ese lugar donde solo deberían estar un par de dirigentes de cada club hubiese más de veinte personas.

Como acá nadie prevé nada, solo el lugar donde se pueden ubicar los simpatizantes para putear de más cerca al línea, nadie tampoco imaginó que un jugador se quedaría en ese pulmón y que al final del partido buscará ingresar al campo para pegarle a un rival.

El protagonista de este hecho es Raulito Speroni, quien a lo largo del encuentro mantuvo varias discusiones con Jonathan Preciado, de ahí que su expulsión fue por un cruce no muy claro para la vista nuestra en aquel tiro libre donde antes había dejado la cancha Cristian Velázquez.

Speroni le aplicó un tremendo golpe de puño a Preciado, este quedó tendido en el piso y mientras eso los demás protagonistas salían de la cancha, con lo cual se pudo haber armado una batalla campal.

Por fortuna todos mantuvieron la calma, los jugadores de Juventud se fueron al vestuario, los de Argentino también y por un momento reinó la calma.

Ya con dirigentes de ambos clubes en el pulmón, la prensa, otras personas que nada tenían que ver, se produjo el ingreso del personal policial, supuestamente con la intención de detener a Speroni y llevarlo a la comisaría.

Decimos supuestamente porque por media hora estuvieron los más de diez oficiales ahí charlando con el plantel de Argentino y no pasó nada, todo ante el griterío de la poca gente que quedaba en el estadio, de un lado los del Albiceleste y del otro los de la Juve.

Nunca se produjo la supuesta detención a Speroni y los jugadores de Argentino emprendieron camino a la salida del estadio, notándose que algunos tomaron velocidad, evidentemente percatándose que en el sector que da al barrio algo peor estaba ocurriendo.

Allí si lo peor de lo peor, porque varios hinchas de Juventud no utilizaron el lugar designado para su salida sino que optaron como de costumbre por saltar el tapial y allí se toparon de frente con jugadores de Argentino y algunos familiares de los mismos.

La situación se desbordó por completo para los y las efectivos policiales, y la gresca se extendió por varios minutos, derivando luego hacia la zona de las vías, por donde aparecieron otros hinchas del local y se tomaron a golpes con más jugadores y familiares de Argentino.

Un desastre, un descontrol, podemos señalar que nada de esto estaba previsto, pero no podemos no decir que esto no sorprendió a nadie.

Puede haber campeón el próximo domingo, la espera puede estirarse una semana más, pero lo cierto es que el este domingo a la tarde se le puso punto final a la temporada 2017 del Fútbol de Rojas, porque acá no habrá vuelta olímpica, no habrá medalla, ni trofeo que pueda tapar lo que ha sido un año totalmente nefasto para el deporte del balompié rojense.

Nuestro Fútbol se ha convertido en un laberinto sin salida, un camino sin destino, un espacio olvidado por dirigencias que solo hacen vista gorda y apelan al dale que va, un Fútbol que disfruta de varios pibes que la rompen en el profesionalismo, pero que en su cuna solo nos ocupamos del choripán y la puteada.

Ojalá que el año 2018 se presente de otra manera, aunque nada hace pensar que los augurios de los que vamos a la cancha a disfutar de un espectáculo puedan encontrar algún horizonte placentero.