Distinguen investigación médica realizada en La Plata
Los científicos Martín Rumbo y Gabriel Gondolesi fueron reconocidos por el desarrollo de técnicas alternativas para el trasplante intestinal
La ciencia desarrollada en La Plata sigue cosechando premios. Esta vez, el laureado fue Martín Rumbo, director del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (Conicet–UNLP), quien junto a su colega Gabriel Gondolesi (Conicet-Universidad Favaloro) encabezó el proyecto llamado “Análisis de los mecanismos celulares y moleculares implicados en el rechazo celular agudo de trasplante intestinal humano”.
Ambos fueron distinguidos con el premio anual de la Fundación Florencio Fiorini, que busca estimular y favorecer la investigación científica en medicina humana.
En esta ocasión, la temática elegida fue avances en trasplantología, y por eso se destacó el valor de la investigación de Rumbo y Gondolesi, quienes buscan alternativas al trasplante intestinal. “El rechazo del injerto sigue siendo una de las mayores complicaciones y la búsqueda de nuevas estrategias de tratamiento y prevención es una de las prioridades de la comunidad biomédica”, explicaron.
Justamente, entre los objetivos del trabajo premiado estuvo determinar cuáles son las poblaciones celulares que se configuran como blanco inicial del proceso de rechazo, y analizar el rol de distintos mediadores inmunológicos. Mediante la combinación de diversas técnicas, los especialistas obtuvieron resultados que permitirán “el desarrollo racional de nuevas estrategias para prevenir y tratar el rechazo del injerto en trasplante intestinal”.
Prueban con éxito páncreas artificial
Un grupo de investigadores argentinos presentó ayer las primeras pruebas exitosas de un páncreas artificial en pacientes con diabetes tipo 1. Se trata de un sistema de control de glucosa en sangre único en Latinoamérica, que administra la insulina en base a un algoritmo matemático.
Del estudio participaron investigadores del Conicet, de las universidades de La Plata y Quilmes y del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), además de la sección de diabetes del Servicio de Endocrinología del Hospital Italiano porteño.
El páncreas artificial está compuesto por tres elementos: un monitor de glucosa (azúcar), una bomba de insulina y un celular en el que funciona un regulador automático de glucosa, el algoritmo que desarrollaron los científicos y que se encarga de informarle a la bomba cuándo y cuánta insulina debe aplicarle al paciente.
“El algoritmo mejora notablemente la regulación de insulina. Normalmente el paciente tiene que calcular la cantidad que debe administrarse en base a lo que va a comer, pero con este mecanismo eso ya no sería necesario”, explicó el ingeniero Ricardo Sánchez Peña, director del proyecto e investigador del Conicet.
La investigación también contó con el apoyo del médico argentino Daniel Chernavvsky, quien trabaja en el Centro Tecnológico para la Diabetes de la Universidad de Virginia, así como con el financiamiento de la Fundación Nuria en la Argentina y Cellex en España, y la donación de las bombas del laboratorio Roche.