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La vuelta del glorioso Rey de Copas: Independiente campeón de la Copa Sudamericana

Sepultando los fantasmas de 2013 y reivindicando la mística de los 70, Independiente se abrazó a la Sudamericana y volvió a levantar una copa internacional. A media ciudad de Avellaneda le sobran motivos para llenarla del mejor champagne y brindar por un fin de año soñado.

Batallando, sufriendo, pero sin entregar las banderas de la convicción, el Rojo le hizo honor a su apodo de Diablo para sobreponerse a cualquier tipo de macumba, magia o pedidos religiosos que los brasileños impulsaron desde el principio hasta el final del partido.

Otra vez el brujito de Gorina hizo lo suyo y, amparado en el despliegue de Maximiliano Meza, un exjugador de Gimnasia que fue clave para la conquista, el equipo de Ariel Holan salió bien parado ante Flamengo y cerró el año de la mejor manera.

Con Emmanuel Gigliotti aguantando y Ezequiel  Barco y Meza desbordando, Independiente se cerró bien en el fondo, aguantó la embestida de los brasileños y, cuando pudo, llegó de contragolpe. Sin embargo, Flamengo abrió la cuenta con la definición de Paquetá, quien a los 29 minutos capturó una asistencia dentro del área, luego de un tiro libre cruzado, dejando sin respuestas al elenco argentino. No obstante, el Rojo le sacó provecho a la velocidad de Meza, que cayó ante un manotazo de un defensor del equipo local para provocar un penal que Barco selló con la lucidez de un veterano y la picardía de un juvenil.

En la parte final, Flamengo buscó por derecha y por izquierda. Tiró centros, se apoyó en las corridas individuales de sus volantes, pero nunca pudo corregir el resultado.

El Rojo estuvo cerca de ganarlo con una arremetida personal de Gigliotti y se apoyó en el despliegue de Benítez y Meza para generar faltas en ataque y regular los tiempos del partido.

Con 17 títulos internacionales, el Rey de Copas está de vuelta. La Argentina recupera el prestigio de uno de los grandes, que anoche se hizo fuerte y dio la vuelta en Brasil.

 

De la tensión a la euforia

La previa de la final de la Sudamericana entre Independiente y Flamengo incluyó momentos de alta tensión debido a incidentes en la entrada del hotel Hilton de Barra da Tijuca (que hospedó al plantel del Rojo), en las playas y en los alrededores del Maracaná.

La torcida del conjunto brasileño se acercó hasta la sede de concentración de Independiente, donde se encontraba un grupo de hinchas argentinos que merodeaban la zona, a 24 horas del inicio del decisivo cotejo. Unas vallas metálicas sin demasiada seguridad no alcanzaron para detener el accionar de los violentos seguidores del Fla, que utilizaron fuegos artificiales para agredir y también generaron peleas con golpes de puño. El momento más crítico se vivió cuando los brasileños decidieron agarrar las mismas vallas para arrojárselas a los hinchas de Independiente. La Policía dispersó a la parcialidad local y por suerte no hubo que lamentar heridos. Además, hubo cruces de hinchas en las playas de Ipanema y Copacabana, y en calles cercanas al Maracaná.

Además, un grupo de hinchas del Rojo entró abruptamente al hotel del equipo en busca de entradas, dando forma a otro episodio lamentable.

 

Cuatro glorias acompañaron la ilusión

El plantel de Independiente viajó el pasado martes a Río de Janeiro y no lo hizo solo. Más allá del gran número de hinchas que acompañaron al plantel, cuatro glorias multicampeonas estuvieron junto a los futbolistas y respaldaron al director técnico Ariel Holan.

Ricardo Bochini, Daniel Bertoni, José Santoro y Ricardo “Chivo” Pavoni estuvieron presentes en tierras brasileñas, aconsejaron al plantel y alentaron como cuatro fanáticos más.