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Lo único que crece es la deuda

En el extranjero, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, se mueve como pez en el agua: allí radica las empresas offshore que oculta en sus declaraciones juradas y es en otros países adonde sale a tomar deuda para financiar el déficit. Mientras, la Argentina sigue con sus crisis, poca inversión y mucha bicicleta financiera.

En el extranjero, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, se mueve como pez en el agua: allí radica las empresas offshore que oculta en sus declaraciones juradas y es en otros países adonde sale a tomar deuda para financiar el déficit. Mientras, la Argentina sigue con sus crisis, poca inversión y mucha bicicleta financiera.

En un Gobierno en el que no es una excepción estar de los dos lados de la mesa, ayer se supo que Caputo será investigado en una causa conjunta por dos denuncias que pesan en su contra: el fondo de inversión Noctua, radicado en Miami, del que es propietario y que nunca declaró; y la colocación de deuda a 100 años.

¿Por qué se investigarán juntas? Porque, tal como informó este diario, esa misma compañía compró bonos de esa deuda.

Es decir, el propio ministro, que echa a rodar la bicleta financiera, en desmedro de la inversión, se habría beneficiado con una medida que él mismo dictó.

La decisión no fue aislada: la emisión desenfrenada de deuda busca contener un déficit que no hace más que profundizarse. Desde que asumió Mauricio Macri, Argentina emitió 132.969 millones de dólares, de los cuales el 81,3% corresponde al Tesoro Nacional. A su vez, de esos 108.173 millones, 59.454 se emitieron en moneda extranjera.

La deuda colocada en dólares con legislación extranjera sumó 22.051 millones en 2016 y 28.413 millones en 2017, mientras que solo en enero el Ministerio de Finanzas encabezado por Luis Caputo sumó 9000 millones más. De esos 9000 millones, emitió 1750 millones con vencimiento el 11 de enero de 2023 (a 5 años), 4250 millones con vencimiento el 11 de enero de 2028 (a 10 años) y 3500 millones que vencen en 2048 (a 30 años).

Así, la deuda es lo único que parece crecer en el país. El resto, como dijera el Presidente, es crecimiento “invisible”. Se declama con bombos y platillos cierto boom automotriz, pero lo cierto es que esos autos no se fabrican en suelo argentino, porque la industria está golpeada, porque en lo que va de la gestión Cambiemos se perdieron 62 mil puestos de trabajo productivo. Esta coyuntura no escapa a la industria pesada del acero y el alumino que hoy, además, enfrenta el cerco proteccionista de Estados Unidos, que, para defender su mercado, subsidia a las empresas autóctonas. La situación es de tal gravedad que ya la Cámara Argentina del Acero advirtió al Gobierno que “aceite” los mecanismos “para actuar y ser ágil en la toma de decisiones para cuidar el mercado local frente al posible ingreso de productos subsidiados” de terceros países. Temen que la sobreoferta de acero en el mundo termine por inundar el mercado doméstico.