El fenómeno de Talleres, que con un gerenciamiento encubierto, es la principal amenaza de Boca en la Superliga
Se enfrentan en la próxima fecha y la “T” está a seis unidades de alcanzarlo. Su presidente integra el grupo Pachuca y en los balances figura que dona hasta 10 millones de pesos de su bolsillo para “el crecimiento” del club
En la ciudad de La Plata, con diferentes administraciones, Estudiantes y Gimnasia transitaron una meseta deportiva en los últimos cuatro años.
El Pincha cambió varios entrenadores, sumó muchos refuerzos, volvió al plano internacional, pero no pudo avanzar demasiado en sus objetivos. El Lobo, en cambio, renovó las autoridades en 2016, y con la nueva presidencia llegó la decisión de llamar a concurso de acreedores para resurgir de las cenizas en la parte económica. Ambos, sin embargo, no atravesaron procesos de privatización ni recibieron aportes externos. ¿Será esta la clave del éxito deportivo en un futuro no tan lejano?
Los casos de Talleres de Córdoba en la Primera División y Agropecuario de Carlos Casares en la B Nacional son un claro ejemplo de que el camino hacia los objetivos trazados se hace más corto cuando hay capitales interesados en invertir.
La T, por ejemplo, estuvo gerenciado hasta el 2014 cuando se llamó a elecciones y se impuso el actual presidente, Andrés Fassi. Esta persona, que además de ser socio del club es parte del grupo accionario del Pachuca de México y tiene un cargo en la gerencia de aquel club, impulsó una campaña de inscripción masiva de socios. Hoy Talleres cuenta con casi 50 mil abonados. Sin embargo, lejos de la utópica idea de formar una institución exitosa sobre la base de los ingresos por la cuota social, Fassi apeló a sus vínculos como intermediario en el fútbol mexicano para fortalecer al equipo y formar las bases del actual plantel que le pelea palmo a palmo a Boca la Superliga, pese a que en 2014 estaba jugando el torneo Argentino.
Según se asentó en uno de los balances, Fassi llegó a realizar “donaciones” de hasta 10 millones de pesos, aludiendo “amor” por la camiseta y los colores. No obstante, en la Docta se sospecha que el dinero es parte de un giro comercial con los mexicanos, que están interesados en invertir en el fútbol argentino, sobre la base de que en su país, el fútbol es considerado un verdadero negocio, y se desconoce el concepto de Asociación Civil son fines de lucro.
Así, entre aportes externos, intercambios de jugadores y negocios entre ambos clubes, Talleres logró una estabilidad económica que le permitió armar grandes equipos para escalar de forma frenética del Argentino a la B Nacional, y de allí a la Primera.
Carlos Granero, un empresario ligado al fútbol mexicano y que en su momento representó a varios jugadores de nuestro país, intervino con gestiones para allanar la llegada de refuerzos, y a mediados del año pasado, sobre la base del proyecto de Frank Kudelka, llegaron ocho refuerzos y se potenció al plantel que venía trabajando en el club.