Actualidad

Moléculas de aire del siglo XIX atrapadas en el hielo de la Antártida ayudarán a cambiar modelos climáticos

Una de las preguntas más habituales en el tema del medio ambiente y el cambio climático es ¿cómo saben los científicos el clima que hacía hace siglos? Es una cuestión perfectamente lógica puesto que la predicción del clima futuro depende en gran parte de las tendencias extraídas del clima pasado.

Afortunadamente la ciencia climática cuenta con un impresionante registro científico que se remonta más de 150 años atrás. Desde las primeras décadas del siglo XIX, científicos y naturalistas se preocuparon por anotar y recoger todo tipo de datos meteorológicos que, hoy en día, nos permiten conocer docenas de indicadores como temperaturas globales, precipitaciones, velocidad del viento… Sin embargo, todos estos datos no nos ofrecen muchas pistas de los elementos químicos y componentes, como ozono, dióxido de carbono o metano, presentes en la atmósfera antes de la revolución industrial que ha cambiado nuestro clima.

Esta laguna es más difícil de rellenar, pero contamos con una solución brillante: encontrar aire de esa época atrapado en algún lugar de la tierra y así poder analizarlo. Esa es una de las tareas de una nueva expedición científica a la Antártida compuesta por hasta seis grupos de investigadores que, durante los próximos meses, buscarán aire atrapado en el hielo antártico para analizar moléculas de hidróxilo (OH) uno de los elementos básicos en el equilibrio de nuestra atmósfera.

Para entender esta misión hay que saber que, aunque la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero son dióxido de carbono, en realidad existen más de 40 gases que contribuyen al cambio climático y al agotamiento de la capa de ozono.

“El hidroxilo (OH) es una molécula altamente reactiva de origen natural que desempeña un papel importante en la atmósfera como “purificador de aire”, ya que mitiga otros gases de efecto invernadero como el metano y productos químicos industriales que agotan el ozono”, explica el Dr. David Etheridge, uno de los responsables del proyecto.

Se trata de la primera misión internacional que construirá un laboratorio temporal en la capa de hielo de la Antártida para analizar moléculas de hidróxilo atrapadas en el hielo. El proyecto se llama Law Dome Hydroxyl, está dirigido por el científico atmosférico Dr. David Etheridge y el Dr. Vas Petrenko de la Universidad de Rochester en los Estados Unidos, y busca comprender los procesos naturales que eliminan esos “otros” gases del cambio climático de la atmósfera.

El objetivo parece claro: encontrar moléculas de hidróxilo, de épocas anteriores a la revolución industrial, medir la cantidad de esta molécula presente en el aire de aquel tiempo y compararlas con las actuales.

“No sabemos cuánto hidroxilo se ha eliminado de la atmósfera. Esto es fundamental para poder predecir los niveles de gases que afectan el clima y la capa de ozono en el futuro” señala el Dr. Etheridge. “Conocer cómo ha variado el hidroxilo en la atmósfera, y el papel que desempeña respecto a otros gases, es la clave para resolver muchas lagunas de nuestros actuales modelos climáticos”.

Sin embargo, la tarea no va a ser nada fácil.

Los investigadores deberán perforar núcleos de hielo a profundidades de 250 metros para medir los niveles atmosféricos preindustriales de hidroxilo, algo que nunca antes se había hecho. Antes de esto, el equipo recorrerá más de cien kilómetros desde la estación de investigación de Casey en Australia hasta Law Dome en la Antártida, donde establecerá un laboratorio en la capa de hielo durante tres meses.