Científicos identifican una nueva especie de salamandra sirénida
En las agua fluviales de Florida y Alabama existen singulares y poco conocidas criaturas, una familia de anfibios que lleva el nombre de famosos pero a la vez punzantes personajes mitológicos: las sirenas. Ciertamente no se trata de seres mitad mujer mitad pez de ominoso canto sino de animales acuáticos más humildes pero también enigmáticos.
Poco es en realidad lo que se conoce de las sirenas, una familia de salamandras acuáticas que son exclusivas de Norteamérica, al grado de que recientemente ha sido identificada una especie hasta ahora desconocida de esos anfibios: la especie ha sido bautizada como Siren reticulata (sirena reticulada) tras una investigación realizada por investigadores de varias universidades de Texas y del Centro de Tortugas Marinas de Georgia.
La sirena reticulada es una salamandra acuática de una especie que apenas ha sido claramente identificada. Se le ha llamado localmente como “anguila leopardo” por las personas en las localidades del sur de Estados Unidos donde habita, mayormente el sur de Alabama y el oeste de Florida, de acuerdo a Motherboard, pero aunque de cuerpo largo similar al de una anguila no se trata de pez, sino de una salamandra caracterizada por su piel de marcas oscuras, una suerte de pico en vez de dientes, solo dos patas delanteras y grandes branquias similares a plumas que irradian de su cabeza.
En cierto modo, aunque de una rama de salamandras diferente, la sirena reticulada tiene algunas similitudes en su apariencia con los ajolotes, anfibios originarios de las zonas lacustres del centro de México, aunque es de mayor tamaño que éstos y menos conocida.
De acuerdo a la investigación publicada en la revista Plos One, la sirena reticulada puede llagar a medir dos pies (61 cm) de largo y vive en pantanos y corrientes de agua del sur estadounidense. No es la única especie de sirena, pues en realidad se han identificado previamente dos especies de ese anfibio y son abundantes en el sur estadounidense, pero la “anguila leopardo” solo ha sido estudiada por la ciencia, y de modo parcial, desde hace solo algunas décadas. Por ejemplo, en 1970 se examinó un espécimen en Alabama y desde entonces se supuso que era una variante distinta a las salamandras sirénidas conocidas. Pero muy poco es lo que se sabía de ella al respecto y no fue hasta 2009 y 2014 que especímenes nuevos fueron obtenidos en Florida y estudiados sistemáticamente.
El proceso duró varios años hasta que los científicos describieron a fondo al animal, mediante análisis físicos y genéticos, y determinaron que, en efecto, se trata de una especie diferente de sirénido y la bautizaron Siren reticulata. Otra sirena es la más conocida Siren lacertina, o gran sirena, que llega a medir hasta un metro de largo y es una de las especies de salamandras más grandes del mundo.
Lo sorprendente es que la descripción de esta nueva salamandra sería solo el comienzo, pues es posible que existan otras especies aún no identificadas. Y aunque aún hay mucho por conocer al respecto, el conocimiento y preservación de estas y otras especies resulta clave, pues son parte de la riqueza natural y presumiblemente componentes significativos de los ecosistemas norteamericanos en donde viven.