Los primeros desafíos que tendrá Alfaro en Boca

Poco más de 12 años debieron pasar para que Gustavo Alfaro tuviera otra oportunidad en un club «grande» y, como no podía ser de otra manera, la chance le llega como casi todas las que tuvo en su carrera: un club que necesita sobreponerse a una crisis.

Una crisis a la que él no está acostumbrado -finalista de la Copa Libertadores y bicampeón de la Superliga-, pero crisis al fin.

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Para empezar, el Lechuga deberá reconstruir la fe de un grupo golpeado. La misma camada que ganó las últimas estrellas dejó pasar dos finales ante River en 2018 y, aunque más de uno no seguirá en Boca, los que se queden tendrán la ardua tarea de tomarse revancha en el certamen continental. Y allí es donde inicialmente meterá mano el DT: ¿que mejor que arrancar el año con un título, como puede serlo la Supercopa Argentina en caso de derrotar a Rosario Central?

Esa final será de suma delicadeza, porque no solo marcará al plantel, sino que también será la vara para los hinchas. El Xeneize deja en el camino a un ídolo, como lo fue Guillermo Barros Schelotto, y apuesta por un nombre sin espalda en la institución, pero al que lo avalan sus años de experiencia y su pragmático estilo de juego. El doble filo de esa copa -sin fecha definida aún- será la primera medida para la tribuna. Y puede ser determinante.

El 2019 será un año electoral y el entrenador llegó con la venia de Nicolás Burdisso, pero sin el aval de varios dirigentes. Así, también ellos jugarán su papel. ¿Hasta dónde podrá bancarlo el flamante Director Deportivo si no se gana la confianza de los pesos pesados de la entidad?

El camino de Alfaro se comenzará a desandar en Cardales, a partir del 3 de enero. Pero sus objetivos ya están fijados.