Hallan pistas de la flota que Hernán Cortés hizo desaparecer en el Golfo de México
Se trata de la flota que Cortés habría quemado en el Golfo para indicarle a los marineros que el regreso era imposible y que debían mantenerse en la conquista del territorio americano. La misma flota que habría dado origen a la famosa frase sobre “quemar las naves”. Pero hasta ahora han persistido dudas sobre si la quema de las naves ocurrió o es solo leyenda.
A unas 50 millas al norte del estado de Veracruz, donde Cortés fundó en 1519 el primer asentamiento español en lo que es hoy México, un equipo internacional de arqueólogos submarinos localizaron el ancla, coincidente con el mismo tipo que usaban los barcos europeos durante la conquista del Nuevo Mundo, según un reporte de la revista National Geographic.
Aún no se puede concluir que el objeto encontrado pertenezca a una de las embarcaciones perdidas del conquistador, pero resulta un avance importante del estudio que realizan investigadores estadounidenses y mexicanos, en el proyecto conjunto “Arqueología Subacuática en la Villa Rica”, iniciado en julio último, para encontrar los restos de las naves de Cortés y otros naufragios en la zona.
Bajo el lecho del Golfo
Esta investigación, que evoca una expedición de 1890, la dirige el doctor Roberto Junco, titular de la Subdirección de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, y los arqueólogos subacuáticos Frederick Hanselmann y Christopher Horrell, de la Universidad de Miami y el Buró de Seguridad y Cumplimiento Ambiental de Estados Unidos, respectivamente.
Luego de seis semanas de trabajo durante este último verano, los investigadores descubrieron el ancla, tras peinar un área de 30 millas cuadradas frente a Villa Rica de la Vera Cruz, con un equipo especial para detectar de forma remota cualquier característica inusual en los fondos marinos.
De acuerdo con el doctor Junco, usaron un magnetómetro para encontrar objetos metálicos enterrados y un sonar de barrido lateral, entre otras tecnologías.
“La función del magnetómetro es buscar variaciones en el campo magnético de la Tierra, desde la zona que prospectamos. La intensidad y distribución de dichas variaciones nos permiten crear un mapa y definir sitios de alto potencial para luego bucear y excavar”, explica.
Clavos, sujetadores, anclas y otros materiales con hierro, además de jarcias y bultos de lastres, serían algunos de los artefactos metálicos que pudieron haber sobrevivido bajo el agua, y que funcionarían como indicadores de algún naufragio más importante, según los investigadores.
A la madera del ancla, primera pista convincente sobre la posible ubicación de las embarcaciones, excepcionalmente bien conservada, se le realizó una espectrometría de masas con acelerador y la prueba de datación por carbono 14.
Los análisis indican que el árbol empleado en su elaboración fue derribado entre 1417 y 1530, y que puede provenir de una especie de roble rojo, que crece en la región vasca de España. Aún se realizan otros análisis para confirmar esta identificación.
¿Quemados o hundidos?
Aunque todavía no son concluyentes las pruebas, para los arqueólogos submarinos los resultados son convincentes. “Eso suena muy tentador”, asegura John Bratten, presidente del Departamento de Antropología de la Universidad de West Florida.