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Benedetto, Wanchope y el resto: ¿cómo jugaría el Boca de Alfaro con doble 9?

«No tengo que cerrarme en una forma de jugar. Hablar de estructuras tácticas sin nombres propios carece de contenido porque no hay recetas que te garanticen el éxito», explicó Gustavo Alfaro en su presentación como entrenador de Boca. Sin embargo, sabe que tendrá que proyectar, más pronto que tarde, un sistema. Y hay uno que lo seduce por sobre el resto.

El Lechuga llegó a un plantel en donde, curiosamente, ya conoce a los dos centrodelanteros. A Darío Benedetto lo hizo explotar en Arsenal, justo antes de que se vaya a México. A Wanchope Ábila lo disfrutó en Huracán, antes de que el Xeneize se lo sacara por, justamente, la lesión del Pipa. Ahora, tendrá a ambos y deberá decidir qué hacer con ellos: si hacerlos jugar juntos o mantener a uno por encima del otro.

En principio, la intención es probarlos, como lo hizo Guillermo Barros Schelotto para el partido de ida ante River por la final de la Copa Libertadores. La idea, sin embargo, aparejaría otro esquema: 4-1-3-2. Un solo volante de recuperación, que podría ser Wilmar Barrios, y una línea de tres más adelantada para abastecer a los puntas. El problema es que, como bien dijo en aquella conferencia de prensa, cualquier disposición dependerá de los jugadores con los que cuente.

«No es únicamente poner a los dos nueves. Es asistirlos, ponerles pelotas por adentro, desbordar… Eso lo dará la práctica», aclaró. ¿Qué le falta? Principalmente, un mediocampista por alguno de los dos costados que pueda realizar todo el recorrido. En caso de no conseguirlo, deberá pensar si lo que tiene le alcanza para poder profundizar un estilo o abordar otro camino. ¿Puede Nández, en caso de quedarse, ocupar esa función? ¿Y Pavón o Villa?

El ciclo Alfaro ya está en marcha y la primera muestra de fútbol será a mediados de enero, ante Unión en Mar del Plata. ¿Se animará allí a mostrar sus primeras cartas?