Actualidad

La emblemática Marcha de las Mujeres de EEUU en el ojo del huracán

La Marcha de las Mujeres, un evento climático de la legítima lucha por la igualdad de género, la equidad laboral y salarial y el rechazo frontal al acoso y al abuso sexual, es una de las más significativas acciones cívicas en Estados Unidos en tiempos recientes. Y ha tenido una resonancia singular en el contexto de las actitudes misóginas y sexistas mostradas por el candidato presidencial y luego presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

La realización de esa marcha en Washington DC y en otras ciudades es por ello de relevancia, pero este año ese movimiento ha encarado un momento de tensión y fragmentación. Una de las principales causas de ello son las acusaciones de antisemitismo que han sido formuladas contra una de las organizaciones líderes en la organización de esta marcha, cuya primera convocatoria se dio a principios de 2017 casi en paralelo a la toma de posesión de Trump.

Ese diferendo no reduce la legitimidad de la lucha en general de las mujeres ni la pertinencia de manifestarse en defensa de sus derechos y en repudio de las ofensas, pero sí expresa que entre los impulsores y participantes de esa marcha existen brechas que, para algunos, se han vuelto cada vez más hondas e incluso podrían ser infranqueables.

Es el caso de Women’s March Inc., entidad que ha estado a la cabeza de la organización de la Marcha de Mujeres pero que ha sido cuestionada por la vinculación de su directiva con Louis Farrakhan, el histórico líder del Nación del Islam que ha emitido expresiones en contra de los judíos. Organizaciones, activistas, políticos y diversas personas han censurado esa filiación y las expresiones antisemitas que habrían sido realizadas por algunas de las directivas de Women’s March Inc. durante juntas para organizar ese movimiento, como se afirma en la revista TabletMag.

En específico, se han alzado voces que piden la renuncia de Tamika Mallory, Linda Sarsour, Carmen Pérez y Bob Bland, intregrantes de la dirigencia de Women’s March Inc. ante las alegaciones de que en ese grupo se han dado expresiones antisemitas. Por ejemplo, en una carta publicada en el USA Today, la congresista Debbie Wasserman Schultz dijo que ella y otras figuras han optado por distanciarse de Women’s March Inc. por haber “permitido que sentimientos y odio antisemita, anti LGBTQIA y retórica racista se haya vuelto parte de su plataforma”.

Entre las organizaciones que se han distanciado figuran EMILY’s List (un grupo que apoya y financia a mujeres candidatas de orientación progresista), Southern Poverty Law Center (un grupo clave en el seguimiento, análisis y denuncia de los grupos de odio en Estados Unidos) y el Comité Nacional Demócrata.

Las organizadoras de la marcha, en específico Sansour, emitieron un comunicado en el que señalan que su movimiento “existe para combatir la intolerancia y la discriminación en todas sus formas –incluidas la homofobia y el antisemitismo– y para que se alce la voz de mujeres que son con frecuencia dejadas fuera”. Y añadió que entre sus integrantes hay judíos y organizaciones judías y que en esa organización están “profundamente dedicadas a construir mejores y más profundas relaciones con la comunidad judía”.

Pero en paralelo se ha señalado, como se comenta en ABC News, la renuencia de Mallory a condenar el discurso antisemita de Farrakhan en una charla en esa televisora. Ella dijo no estar de acuerdo con esa retórica (aunque sí destacó el trabajo de ese grupo en favor de comunidades afroamericanas marginadas) mientras que Bland por su parte negó que en sus juntas se hayan dado expresiones antisemitas y afirmó que la marcha “está abierta a todos”.

En todo caso, la controversia es punzante y muchas personas, judías o no, han optado por apartarse en esta ocasión de la emblemática marcha. Pero otras han llamado a sumarse a ella, incluidos nueve rabinos, como se comentó en The New York Times (https://www.nytimes.com/2019/01/18/opinion/womens-march-antisemitism.html), si bien la falta de un deslinde ante Farrakhan ahondó las diferencias.

Sea como sea, este sábado 19 de enero tendrá lugar la Marcha de las Mujeres 2019 en Washington DC y en otras ciudades y se espera una participación concurrida, pues se trata de un movimiento de enorme significado que, en realidad, debe trascender más allá de un día, una organización y un momento. Es de esperar por ello que, en efecto, se abandonen las actitudes y acciones discriminatorias, racistas e intolerantes y se trabaje por un presente y un futuro respetuoso, incluyente y libre para las mujeres y la sociedad en general.