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La inspiradora historia del periodista refugiado que escribió un libro por WhatsApp desde prisión

El relato es tan inspirador como cruel. Behrouz Boochani, un periodista kurdo iraní, escapó de las persecuciones de su país en 2013, llegó a Australia en bote y pidió asilo, pero fue enviado a un centro de detención en Papúa Nueva Guinea, una isla en medio del Pacífico, donde pasó 5 años encerrado.

Durante sus años de cautiverio, Boochani escribió su experiencia dentro de la prisión en idioma farsi y las envió por partes a través de mensajes de WhatsApp a su traductor, Omid Tofighian.

El libro, cuyo título está inspirado en un proverbio kurdo, se publicó como “No friend but the Mountains: Writing from Manus Prison” (Sin más amigos que las montañas: escribiendo desde la prisión de Manus), y recientemente ha ganado dos galardones del Premio Literario Premier de Victoria: el reconocimiento en la categoría de “no ficción” y el Premio Victoriano de Literatura, con el que recibió también 72,000 dólares.

“De cierta manera soy feliz porque pude llamar la atención sobre esta difícil situación, y mucha gente ha conocido sobre ello, lo cual es genial… Pero por otro lado siento que no tengo el derecho a celebrarlo porque muchos amigos míos están sufriendo en ese lugar”, contó en entrevista a BBC.

“Fue muy paradójico, porque estaba recibiendo un premio de un país contra el que llevo años luchando por su política [migratoria] bárbara”, abundó en una conversación con eldiario.es.

Curiosidades de un libro que inspira
A lo largo de unas 400 páginas, el periodista de profesión describe en primera persona su travesía desde Indonesia a Australia, en la que casi pierde la vida; y sus días detenido en el controversial centro de la isla de Manus.

Dar luz a este libro no fue fácil. El autor tuvo miedo de perder sus escritos, porque los guardas solían allanar las habitaciones y revisar sus cosas, y por eso, evitó redactar en papel. “WhatsApp era como mi oficina”, confesó.

Además, su salud estaba afectada por las condiciones de vida precarias e inhumanas a las que estuvo sometido.

“Escribir siempre es duro, pero escribir en la cárcel es una de las tareas más difíciles. Mi cuerpo se ha dañado físicamente por escribir este libro”, confesó. “Cuando escribes un libro tu cuerpo se ve afectado, también tu vida diaria… fumas mucho, no comes bien, debes quedarte despierto por la noche. Tu cuerpo se vuelve más débil, en especial en un lugar como Manus”.

Aún en Papúa Nueva Guinea
Aunque el centro del que surgen sus relatos fue cerrado a finales de 20017, Boochani permanece aún en Papúa Nueva Guinea, donde ya se le otorgó el status de refugiado. No puede salir de ese territorio.

Las estrictas políticas de Australia sobre los refugiados han sido muy criticadas por grupos de derechos humanos y por la ONU. De acuerdo con las normas actuales, quienes llegan al país como lo hizo Boochani (sin visa, en bote y solicitando asilo) no pueden desembarcar y deben ser enviados a su lugar de origen o detenidos.