Una tumba etrusca de Córcega puede revelar secretos sobre la caída de su civilización
Arqueólogos franceses desenterraron una tumba etrusca que contenía un esqueleto y decenas de artefactos en Córcega, un descubrimiento inusual que podría arrojar luz sobre la rica civilización del norte de Italia y su asimilación al Imperio Romano.
Los arqueólogos encontraron la bóveda, cincelada en roca y que data del siglo IV antes de Cristo (aC), dentro de una gran necrópolis romana que contiene miles de tumbas en Aleria, al este de la isla mediterránea francesa.
Los etruscos se originaron en la Toscana durante la Edad de Bronce alrededor del año 900 aC y dejaron pocas huellas escritas de su cultura. Su declive fue gradual y las últimas ciudades etruscas fueron absorbidas por Roma alrededor del 100 aC.
El descubrimiento, anunciado esta semana, podría proporcionar nuevos detalles sobre la existencia de una población etrusca estable en Córcega y ayudar a los arqueólogos a comprender la lenta desaparición de la civilización etrusca.
«Es el eslabón perdido el que nos permitirá unir los ritos funerarios etruscos, pero también refuerza la hipótesis de que antes de la conquista romana (en -259 aC), Aleria era un punto de tránsito en el mar Tirreno, combinando intereses etruscos, cartagineses y focaicos», dijo el curador jefe Franck Leandri.
La tumba parece pertenecer a un funcionario de alto rango, con «unos 15 jarrones de cerámica similares a piezas etruscas y lo que parece ser un espejo o la tapa de una cubierta», dijo la antropóloga Catherine Rigeade en el sitio.
«Tenemos algún conocimiento de los objetos etruscos, pero sabemos muy poco acerca de los temas etruscos; aquí tenemos los dos», agregó Rigeade.
Cerca de la tumba, los arqueólogos descubrieron un anillo de sello de oro casi sin rastro de tiempo. En él, se puede ver una cara femenina, posiblemente representando a la diosa Afrodita. Los investigadores ahora se enfocarán en acceder al esqueleto, que está cubierto de muebles colapsados, aparte de su cráneo.