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Las cucarachas serán pronto invencibles

Hace años que se habla sobre la increíble capacidad de resistencia de los blatodeos, de los que se dice incluso que son capaces de sobrevivir a un ataque nuclear (lo cual no es del todo cierto).

Es verdad que el calentamiento global no parece afectar a las cucarachas, de hecho basta con que dejen de respirar para seguir conservando su humedad interna. Y sí, es innegable que el calor parece beneficiarlas, porque siempre que las temperaturas están por encima de los 20ºC (algo cada vez más normal, incluso aunque no sea verano) estos insectos doblan su capacidad de reproducción con cada subida de 5ºC en el termómetro.

En fin, lo siento si eres de los que sufres un ataque de pánico cuando las ves corretear pero no hay lugar donde esconderse. Su presencia es global, y de hecho gracias al tráfico de mercancías en contenedor, algunas especies asiáticas “voladoras” han llegado a occidente para desazón de propios y extraños.

¿Queréis que siga con la pesadilla? Bien, pues lamento deciros que, al parecer, pronto se hará realidad el miedo de todos los exterminadores de plagas del mundo. Un nuevo estudio realizado sobre una especie que se ha expandido por todos los continentes salvo la Antártida (hablamos de la cucaracha rubia o alemana: Blattella germanica) parece indicar que estos insidiosos insectos ovalados se harán – en efecto – imparables e invencibles.

El trabajo, que acaba de publicarse en Scientific Reports, ha descubierto que estas criaturas se están haciendo resistentes a casi todos los insecticidas químicos con los que contamos en nuestro arsenal plaguicida.

Hablemos sobre los insecticidas y el modo que atacan a las cucarachas. Algunos se dirigen al sistema nervioso de estos rápidos insectos, mientras que otros atacan su exoesqueleto. Lo normal es que se desplieguen sobre el lugar en el que abundan y se les dé un tiempo, variable según el insecticida aplicado, para que actúen. Y ahí viene el problema, muchos insectos (cucaracha incluida) han aprovechado ese periodo de exposición para desarrollar resistencia a al menos uno de los insecticidas más comúnmente empleados.

Como además, la esperanza de vida de una cucaracha es de 100 días, la resistencia a insecticidas puede evolucionar muy rápidamente. Y es que aquellos ejemplares que sobreviven al ataque químico, son precisamente los que se reproducen, pasando su “don” a la siguiente generación.

Por lo que puedo ver, para medir la resistencia a insecticidas de la cucaracha germana, los autores del estudio trataron a tres diferentes colonias, presentes en varios apartamentos de Indiana e Illinois, con tres clases distintas de insecticida: abamectina, ácido bórico y tiametoxam.

En el primero de los escenarios estudiados se emplearon los tres insecticidas, uno detrás del otro, a lo largo de tres meses, tras lo cual se repitió el ciclo tres meses más. En otro de los casos se mezclaron los tres insecticidas y se aplicó el tratamiento simultáneo durante seis meses. El tercer escenario incluía el ataque con solo uno de los químicos en una población que había mostrado una resistencia baja hacia la sustancia.

¿El resultado? En ninguno de los tres casos se apreció una disminución de la población de cucarachas con el paso del tiempo. Ni siquiera en el segundo escenario, el del ataque múltiple y simultáneo con tres insecticidas diferentes (práctica bastante usada por los exterminadores) lo que parece sugerir que estas criaturas están desarrollando resistencia a los tres compuestos.

El único aspecto positivo es que se descubrió que, en colonias con baja resistencia a la abamectina, un gel a base de este compuesto es capaz de acabar con una buena porción de la colonia.

Como parece que con las cucarachas y los insecticidas está pasando un poco como con los antibióticos y las superbacterias resistentes, los autores del trabajo aconsejan gestionar de forma integral la plaga, es decir, no fiarlo todo al uso de insecticidas, sino incidir en la limpieza de los restos de alimentos, poner trampas e incluso usar aspiradoras para llegar a los rincones que no solemos ver y que seguramente son su refugio.

¿Quieres vivir en un mundo dominado por las cucarachas? Si la respuesta es “no”, comienza por combatirlas barriendo las migas de pan. A las cucarachas alemanas les encantan los alimentos ricos en fécula como las patatas, el pan o la harina. Extrema la higiene allí donde guardas estos alimentos, y emplea a ser posible un insecticida al que tu plaga parezca ser especialmente vulnerable. (Para saber cual tendrás que usar trampas y capturar varios ejemplares con los que hacer pruebas). ¿Quién dijo que te fuese a resultar sencillo?