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River eliminó a Cruzeiro por penales y sigue en la Libertadores

Franco Armani volvió a transformarse en el héroe de River: el arquero tupo una gran intervención ante Pedro Rocha en el primer tiempo, y luego atajó dos penales en la definición para otorgarle a su equipo el pasaje a los cuartos de final de la Copa Libertadores. En los 90 minutos, al igual que en la ida, el conjunto de Núñez igualó sin goles ante Cruzeiro, en el contexto de un duelo parejo. Pero afloró la «mística copera» en el momento justo. Y el campeón defensor continúa con la defensa de su corona.
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El partido comenzó a puro ritmo, casi como una continuidad del duelo en el estadio Monumental. River asumió la iniciativa, con un Ignacio Fernández participativo y la sorpresa en la formación, el colombiano Carrascal, como socio. La diferencia del encuentro de ida es que Cruzeiro asomó peligroso de contragolpe, con transiciones rápidas y con muchos hombres apenas recuperaba la pelota, con Thiago Neves como faro.

A los 16 minutos, en una acción fugaz, Neves envió el centro preciso y Pedro Rocha, solo, remató. La pelota dio en los reflejos de Armani, siguió su trayectoria hacia el travesaño y salió. Un verdadero milagro en el área de River.

Después llegó dos veces el visitante, en un tramo del encuentro en el que no hubo mitad de cancha. A los 19, tras un centro atrás de Montiel, Borré, en buena posición, definió sin convicción. Y 60 segundos después, Fernández sacó un disparo rasante que pasó junto al palo del arco defendido por Fábio.

Cuando Cruzeiro impuso su velocidad, River apeló a la falta táctica en mitad de campo para cortar, evitando correr riesgo de tarjetas. El problema radicó en que, cuando River elaboró, le faltó lucidez para el final de las jugadas, sobre todo en Borré, que aportó mucho sacrificio, pero dilapidó muchas aproximaciones propicias.

El juego en el segundo tiempo se hizo más cortado. Cruzeiro, con pocas ideas, fue encerrando a River en su campo, muchas veces ayudado por las imprecisiones de la visita o algunos desacuerdos entre los futbolistas. Carrascal, con buenos movimientos y atrevimiento, fue el portador de las esperanzas de River.

El elenco de Belo Horizonte tampoco generó demasiado peligro con el comando del desarrollo. Apenas un centro cerrado de Orejuela que Armani envió al córner y un remate de Thiago Neves desviado. Gallardo movió el banco de suplentes en busca de revitalizar a su equipo. Ya en el entretiempo ingresó Exequiel Palacios por Ponzio (que jugó con molestias). Luego llegó el turno de la entrada de Suárez por un apagado Pratto, y de De la Cruz por Fernández. Pero la paridad siguió latente y todo se definió en los penales.