Alberto Fernández cerró su campaña con un fuerte mensaje para captar el voto cordobés: «Les pido que olvidemos las rencillas del pasado»
El precandidato del Frente de Todos dio un encendido discurso con críticas al Gobierno con el objetivo de arrebatarle votos en una provincia clave
Mientras Cristina Kirchner acompañaba a Axel Kicillof en su cierre de campaña en Merlo, Alberto Fernández hacía lo propio en Córdoba acompañado de una plana importante de candidatos, entre los que se encontraba Sergio Massa.
El precandidato a presidente del Frente de Todos dio un encendido discurso ante un estado colmado de cordobeses con el objetivo de pisar fuerte en una de las provincias que será clave para definir la elección y que en 2015 fue determinante para que Mauricio Macri llegara la presidencia. Si bien la imagen del jefe de Estado cayó en los últimos cuatro años, la intención de voto a su favor sigue alta y en el kirchnerismo son conscientes de que es uno de los distritos en los que tienen que intentar arrebatarle sufragios.
Con este panorama, Alberto Fernández le habló directamente a la ciudadanía local y realizó un pedido explícito de dejar las diferencias de lado: «Les quiero proponer que olvidemos las rencillas del pasado, que ni siquiera entiendo por qué han ocurrido porque no estaba yo allí. Sé que si pasó no fue para embromarle la vida a ningún cordobés. Les pido que miremos para adelante porque no podemos seguir viviendo en este mundo de mentira que propone el gobierno actual. Le pido a los cordobeses que piensen como estaban cuatro años atrás y cómo están ahora».
Y agregó: «Quedan dos días: vamos a convencer al resto de Córdoba. Vamos a darle a los cordobeses el lugar que se merecen. Vamos a hacer el país federal que todos soñamos. Con Córdoba de pie, porque esa es la Córdoba que hace falta. El domingo les pido que me acompañen a construir la Argentina que todos nos merecemos».
En el comienzo del discurso, el ex jefe de Gabinete resaltó el acuerdo logrado con 17 gobernadores y anticipó que Córdoba «se va a unir» a ese «proyecto de país».
«Sé que la Argentina viene de muchas decepciones y mentiras, por eso quise firmar con cada uno de esos gobernadores cuáles son los compromisos que asumimos si es que llegamos a tomar la conducción de la patria para que esas provincias tengan los recursos que el Estado debe darles para que puedan crecer», expresó.
Tampoco faltaron las críticas al gobierno nacional: «Lo único que han sabido producir es pobreza. Cuando uno reclama estas cosas, ¿qué le contestan? ‘Vamos a hacer lo mismo pero más rápido’. Esa frase es una invitación para tomar carrera para saltar al precipicio y a mí me desespera que nos hagan saltar a los argentinos a ese precipicio. Por eso tenemos que empezar a cambiar la historia. No nos merecemos eso».
Sobre esto, añadió: «Tenemos que empezar a cambiar la historia. No nos merecemos eso. Nos merecemos vivir en un país mejor. Hemos sido un país que siempre ha integrado a su casa. Hemos sido un país donde todos nos integramos. Todos fueron felices: los comerciantes que vendían en un quiosco, los que vendían zapatillas».
«Argentina supo construir otra realidad, donde había trabajo, se ganaron derechos de vacacionar. Y nos dicen que eso son privilegios: es lo que hizo rica a la Argentina. ¿Desde cuándo dar derechos es un retroceso? Hasta eso nos hacen discutir», sostuvo, eufórico.
Y sentenció: «No merecemos vivir en esta sociedad decrépita que discute lo que nunca debimos haber discutido. Voy a ocuparme de que los jubilados recompongan sus salarios, tenga gratis sus medicamentos todos los días y cada día del año».
«Lo dije mil veces y lo vuelvo a decir: entre la educación pública y los bancos, elijo la educación pública. Entre la salud pública y los bancos, elijo la salud. Entre los jubilados y los bancos, elijo a los jubilados. Entre los que trabajan y los bancos, elijo a los que trabajan. Yo sé qué intereses tengo que representar y no voy a flaquear un instante en contra de esos intereses», completó ante el aplauso de los presentes.