“El remisero tiene que ser sordo, ciego y mudo”
Mario Oviedo. Hoy, justamente, cumple 25 años como chofer de remis, quien es el más experimentado al volante en horario nocturno. Historias, anécdotas risueñas, otras no tanto, en una emotiva charla
Mario Oviedo se encontraba sin trabajo, luego de ser despedido de una imprenta gráfica hasta que un amigo lo presentó a una agencia de remis. Desde ese momento, el 1 de diciembre de 1994, hasta hoy continúa al volante y siempre en horario nocturno. En una amena charla en Radio Rojas contó anécdotas, curiosidades y parte de su vida.
“La noche es especial, porque de noche se hacen cosas que de día no se pueden hacer”, comenzó diciendo el reconocido chofer, hoy en la agencia Avenida y agrega “me siento muy bien, le brindo confianza a la gente porque como siempre dije: ‘el remisero tiene que ser sordo, ciego y mudo’, una referencia que tengo, porque el auto termina convirtiéndose en una especie de confesionario, tal vez porque uno le da la espalda y entonces se descarga, yo muchas veces no pregunto nada y me cuentan cosas íntimas, se desahogan”.
Consultado sobre qué siente cuando la gente le cuenta cosas dijo “me siento bien porque las personas confían en mí, a veces hasta doy una opinión y hasta chicas jóvenes me piden el parecer, para mí son como hijas y nietas” y cuenta una anécdota “una vez una chica me dijo ‘usted es una leyenda y gracias a usted estoy acá’, pasa que antes yo trabajaba en el cine Francés como acomodador y el padre iba a donde yo trabajaba como efectivo que era en Chispa, me daba una propina para que le guardara la butaca de atrás, donde hacía el novio, ahí conoció a la madre de esta chica”.
Luego de estar durante 27 años en Chispa y en simultáneo 26 años en el cine, Mario fue despedido de la imprenta y comenzó a buscar trabajo, hasta que un amigo golpea la puerta de su casa el jueves 1 de diciembre de 1994. “Fue el Gallego Prieto quien me preguntó si sabía manejar, porque necesitaban un chofer de noche en la agencia Correcaminos, me presenté a las 7 de la tarde y ahí empecé como para salir del apuro que estaba pasando, tenía dos hijos y una mujer, sigo de chofer hasta hoy”.
Estuvo un año en la agencia que se ubica sobre avenida San Martín hasta que se trasladó a la agencia actual, hace 24 años. “Vi pasar dueños, choferes, telefonistas, gente”, cuenta el experimentado conductor.
Anécdotas risueñas y otras no tanto
En 25 años pasaron muchas cosas de las que Oviedo fue testigo y accedió amablemente a contar algunas de ellas, aunque sin revelar identidades, porque como dijo anteriormente ‘el remisero tiene que ser sordo, ciego y mudo’.
“Tengo anécdotas cómicas, hermosas y también de las feas, porque he visto morir gente, todas cosas que no me las olvido más” y contó “una mujer me dijo una vez: ‘usted me salvó a mi hijo’, la cosa fue así, llevo una pareja a barrio Belgrano, me paga y el hombre me indica por dónde puedo salir, pero por esas cosas de la vida hice marcha atrás y cuando salgo veo a una mujer que sale de la casa a los gritos, paro y me pide que la lleve al hospital porque tenía el nene grave, ya no respiraba el bebé, llegamos con lo justo, paso a la hora a ver qué había pasado y me contaron que el nene reaccionó, sentí una satisfacción grande en ese momento”.
Mario ha devuelto dinero y teléfonos en varias oportunidades. “Es mi manera de ser, me han regalado vinos finos, masas, la gente me agradece, es una linda satisfacción, me siento bien yo”, comenta.
¿Mario, me llevás al motel?
Otra anécdota jocosa es la que cuenta Oviedo cuando lo llaman para hacer un viaje y le hacen justamente esta pregunta: ¿Mario, me llevás al motel? “La mujer se defiende en seguida y me dice ‘no vas a pensar mal’, para nada, le digo yo” y continúa el relato “pueblo chico, infierno grande, le dijeron que el hombre que estaba con ella se encontraba en el motel de la ruta 31 con otra persona, entonces la llevé, llegamos y ella se bajó y me dice ‘seguime Mario’, ella caminaba y yo en el auto, hasta que empezó a correr las cortinas y encontró la camioneta blanca, marca Ford, empezó a los gritos y a rayarle el vehículo con lo que traía en la mano, sale el hombre, me ve que yo estaba en el auto y ella entró a los gritos, vino hasta el encargado del motel” y remata lo sucedido diciendo “eso pasó hace quince o veinte años atrás y lo que son las vueltas de la vida, hoy esas personas están casadas y tienen dos hijos”.
Casi lo asaltan en tres oportunidades
Cada tanto observamos en las noticias que un chofer de remis o taxi es asaltado. En 25 años a Oviedo no le pasó nunca, pero estuvo ahí y lo cuenta de esta manera. “Estaba en la agencia Correcaminos, una tarde, me levanto para ir al baño y justo en ese momento llegan dos muchachos, me tocaba salir a mí, me llaman y grité ‘que salga el otro, yo estoy en el baño’, entonces otro chofer los llevó a 4 de Noviembre y de ahí seguían a Colón, pero pararon antes, lo hicieron bajar, le apuntaron con un arma y el auto apareció en Venado Tuerto”.
Otra ocasión fue cuando llevó a una mujer al hospital a tomarse la presión. “Tardé bastante entonces llamaron a otra agencia, que nos ayudábamos cuando no teníamos autos disponibles, subieron dos muchachos y antes de llegar a la ruta 31 lo encañonaron, lo metieron en el baúl y lo pasearon por todos lados”.
“Y la tercera vez también tuve suerte, yo tenía que ir a Junín por el juicio a Chispa, entonces pido que me reemplacen más temprano así podía descansar un poco, dejo el auto a las dos de la mañana y a las seis me golpean la ventana diciéndome el dueño del auto que habían asaltado al chofer”.