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El CONICET investiga a las vaquitas de San Antonio a través de la participación ciudadana

Ciencia y tecnología. Victoria Werenkraut, investigadora del CONICET en Bariloche, se dedica al estudio de la biodiversidad de insectos y trabaja sobre insectos invasores. Contó en Radio Rojas sobre la experiencia

Hace unos meses, desde la Universidad Nacional de Comahue, se lanzó un proyecto de ‘Ciencia ciudadana’ que cuenta con el involucramiento de ciudadanos de distintas partes del país. Victoria Werenkraut, investigadora del CONICET en Bariloche habló en la FM 92.5 MHz para contar sobre esta interesante iniciativa. Florencia Baudino la acompaña en la imagen.
“Se trata de involucrar a la gente para la toma de datos destinados a proyectos de investigación sobre la diversidad de los coccinélidos, que son una familia de insectos coleópteros de la superfamilia Cucujoidea. Reciben diferentes nombres según el lugar, siendo el más común Vaquita de San Antonio en nuestro país, mariquita en otros” y agregó “tienen el cuerpo redondeado y con frecuencia colores vivos. Muchas especies se alimentan de pulgones, por lo que contribuyen a controlar estas plagas”.
“Estos bichos son muy importantes porque son reguladores biológicos, controladores de plagas y pestes naturales, además se los utiliza como control biológico produciéndolos en distintos países” y contó cuáles son los objetivos de este estudio “sucedió con una especie que se la conoce como Vaquita Asiática Multicolor o Vaquita Arlequín, que en un principio resultó ser muy buena como controladora, pero finalmente terminó siendo demasiado voraz, se fue de las manos y comenzó a predar sobre las otras vaquitas, las nativas, y ese es el problema que estamos teniendo en la Argentina y en otros lugares del mundo, ya que esta especie está disminuyendo a las demás especies en sus hábitats”.
“Buscamos conocer la fauna nativa de vaquitas que tenemos en la Argentina y el fin último es poder conservar las diferentes especies, de las cuales hay descriptas unas 160 especies y hay otras 30 que se sabe que están y todavía no se les ha puesto un nombre, y probablemente haya bastantes especies más”.
Sobre el trabajo en conjunto con la ciudadanía, Werenkraut indicó “estamos teniendo muchas respuestas, la gente está muy interesada, nos preguntan un montón de cosas, y ese es otro de los objetivos, que haya un ida y vuelta, porque a través de esto se va tomando más conciencia sobre estos bichos y otros más que van encontrando, generando de esta manera una muy linda interacción” y añadió “con esto nosotros obtenemos los datos que necesitamos y vamos generando estrategias de conservación, a medida que todos nos enriquecemos con lo que la gente nos cuenta y nosotros le respondemos”.
La participación continúa abierta y consiste en tomar fotografías de los ejemplares que se avisten con un marco de referencia en cuanto a los tamaños (se los puede comparar con un dedo de la mano, por ejemplo), una buena iluminación para poder observar al ejemplar y se pide que no se utilice el flash de las cámaras fotográficas o teléfonos para evitar el reflejo y que el bichito decida volar. Se habilitaron tres vías para enviar los registros: ser usuario de www.inaturalist.org, ingresando a la página; a través de la red social Whatsapp +549 2944-239168 ó vía correo electrónico a vaquita@comahue-conicet.gob.ar además de enviar la ubicación exacta con las coordenadas y el origen de la foto: huerta, jardín, ect.

El INTA las cría como plaguicida natural
Son un efectivo plaguicida para la agricultura. Como parte de los proyectos especiales de Prohuerta en junio del 2018 se comenzó a trabajar en la idea de producir un insumo para el control de plagas en las huertas orgánicas de la zona del Valle de Uco. Unos meses después -en primavera- se inició la recolección y cría.
Es en el sótano de la Estación Experimental Agropecuaria, ubicada en el kilómetro 96 de la ex ruta 40 en San Carlos se acondicionó una de las cuatro cámaras que estaban en desuso para llevar adelante esta tarea. Pero la idea no es quedarse allí, sino que se planea extender con la cría de otras especies.
Son varios los ejemplares y se encuentran en diferentes habitáculos según su especie. Allí se los alimenta diariamente. En la cámara, a través de un aire acondicionado y luces, se recrea un ambiente propicio para que los coccinélidos continúen con su desarrollo.
Hasta el momento se han descripto más de 4.500 especies de vaquitas en todo el mundo, existen de todos colores y tamaños, tanto en su cuerpo como en sus parches (lunares).
Estos insectos están presentes en todas las regiones del planeta que tengan temporadas cálidas y pasan su vida en las plantas donde encuentran su principal alimento. A pesar de lo que algunos creen, son insectos carnívoros y solo una especie de las tantas que hay daña el cultivo de zapallo. Se trata de la epilachna paenulata, la cual es fácil de identificar por su gran tamaño y color marrón claro con parches marrón oscuro.
El resto tiene una dieta a base principalmente de pulgones pero también atacan a los ácaros, eriófidos y algunos de tejidos de hongos que causan enfermedades en los cultivos. Una vaquita adulta puede comer más de mil pulgones durante el verano. Además durante esta época pueden llegar a poner más de un millón de crías, esto las convierte en un eficaz controlador de plagas natural.
Los huevos son de color amarillo y se ponen, usualmente, en el dorso de las hojas en forma de racimo. Las especialistas explicaron que las vaquitas tienen una metamorfosis completa. Es decir, nace de un huevo, durante la juventud es larva después empupa hasta llegar a la adultez. Todo este ciclo tiene una duración de 20 días.

Hacer tu propio criadero y
dejar de usar insecticidas

Con un poco de dedicación, cualquiera puede llegar a tener su propio criadero para atacar justo a tiempo las plagas que afectan nuestro jardín o huerta de una forma natural y diciéndole adiós a los plaguicidas. De esta forma, nos aseguramos que nuestros vegetales cultivados en casa son 100% orgánicos y libres de tóxicos.
Se requiere un recipiente tipo tupper. A la tapa se le debe dejar solo el marco para que cierre bien pero el resto debe ser remplazado con una tela o tul para que ingrese el aire. En el interior se le debe poner un poco de papel filma para que adhieran sus huevos allí.

La temperatura ideal para su desarrollo es superior a los 20º, es decir que, preferentemente el recipiente tiene que estar en el interior de la casa y, durante el invierno, se le debe proporcionar unas 15 horas de luz que puede ser artificial. Una vez que las vaquitas ponen sus huevos, estos se recolectan y posan en la cercanía de las colonias de plagas.
Un dato no menor es que se las debe alimentar a diario con pulgones, preferentemente, de las caléndulas, lechuga y cerraja.