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Murió Amadeo Carrizo, una leyenda de River

Amadeo Raúl Carrizo, uno de los mejores arqueros de la historia del fútbol argentino, falleció esta madrugada a los 93 años en Buenos Aires, tras soportar una prolongada y dura enfermedad

Plenamente identificado con River, donde había sido nombrado presidente honorario, Carrizo había nacido en Rufino, Santa Fe, el 12 de junio de 1926 y fue considerado un innovador por su rol para defender los arcos , lo que lo llevó a la Selección argentina.

El conmemoración de su nacimiento, en 2011, el Senado argentino instituyó esa fecha como celebración del «Día del Arquero», que fue usado históricamente como un eufemismo de algo que jamás iba a ocurrir.

Carrizo comenzó a jugar al fútbol defendiendo el arco del BAP de Rufino, en cancha del club San Martín, la cual hoy ya no existe.

Luego de pasar por Junín, debutó en River el 6 de mayo de 1945, disputando 523 partidos, para transformarse en el jugador con mayor presencias en la institución.

Fueron 24 años con la camiseta del «Millonario», donde transformó el puesto con un estilo vanguardista para su época, arriesgado por utilizar los pies más de lo «normal».

Carrizo debutó en Primera en 1945, en los tiempos de «La Máquina», y se mantuvo como titular hasta 1969, cuando se despidió de River con nueve títulos en su palmarés (1945, 1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957), para cerrar su carrera en Millonarios de Colombia.

Según el portal «Noticias de Rufino», sus restos serán cremados y traídos su ciudad natal, aunque aún no se oficializó la fecha debido a la crisis sanitaria por el coronavirus.

El mismo sitio recordó que cada vez que regresaba a la ciudad para reencontrarse con sus amigos y lugares, brindando colaboración a muchos vecinos, lo que motivó que una plazoleta en su barrio «General San Martín» lleve su nombre y en los próximos días se colocará una imagen realizada por un docente rufinense junto a sus alumnos.
La Selección argentina, una cuenta pendiente.

Las notables actuaciones de Carrizo en River lo volcaron irremediablemente a la Selección argentina, aunque no logró trasladar allí sus victorias con la camiseta de River.

El histórico 1-6 sufrido ante Checoslovaquia, en el Mundial de Suecia 1958 -uno de los fracasos deportivos más importantes de Argentina-, lo mantuvo sindicado durante mucho tiempo como uno de los máximos responsables de la eliminación en primera rueda.

Pero Carrizo pudo tener una pequeña revancha personal en la Copa de las Naciones de 1964, en la que el equipo argentino -con una convocatoria improvisada- se consagró campeón con la valla invicta ante rivales de fuste como Portugal, Inglaterra y Brasil, que era el vigente bicampeón del mundo.

El arquero santafesino se destacó especialmente contra el conjunto local comandado por Pelé: le contuvo a Gerson un recordado penal a mano cambiada.