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Guzmán advirtió que si la mitad de los acreedores no acepta, la oferta queda caduca

El Ministro de Economía manifestó que la negociación tiene plazo hasta el 4 de agosto.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, se refirió a la nueva oferta que envió el Gobierno nacional a la comisión de valores de Estados Unidos (SEC) en el marco de la negociación por la reestructuración de la deuda con bonistas. En ese aspecto, adelantó que si la mitad de los acreedores no acepta la propuesta, la misma queda sin efecto. Hay tiempo hasta el 4 de agosto.

En declaraciones a Telefe, el funcionario manifestó que el Gobierno ha «definido una participación mínima de adhesión y si la mitad de los acreedores no acepta la oferta, entonces, la oferta queda caduca».

En ese sentido, dijo que «nuestro interés es llegar a un acuerdo con todos los acreedores pero la Argentina tiene es un problema real de deuda insostenible y hay un límite hasta donde se pueda llegar. Ayer (por el domingo) lo anunció el Presidente, este es límite hasta donde podemos cuidar a la Argentina y que nos permita tener una relación sostenible con nuestros acreedores».

«Todo el proceso anterior fue de negociaciones. Hubo una oferta inicial que en algún sentido fue un baño de realidad de lo que estaba pasando en la Argentina. Estas han sido negociaciones duras. Al principio la distancia era enorme y las demandas que recibíamos eran imposibles de sostener. Se estableció un proceso de negociación, las partes se han ido acercando y con algunos estamos de acuerdo pero con otros acreedores aún no», añadió.

Asimismo, sostuvo que «este gobierno quiere tener una integración sana en la economía internacional incluyendo los aspectos financieros. Ahora para que la Argentina pueda tomar crédito tiene que pasar que esté en una situación que ese crédito se pueda sostener, que las tasas a las que toma crédito sean tasas que la Argentina pueda pagar, pero eso no es lo que está pasando hoy. Pero eso va a llevar tiempo».

Guzmán planteó que «en la Argentina la confianza ha sido muy dañada. En 2016, cuando la Argentina reaccede a los mercados de crédito internacionales, había cierto optimismo sobre el rumbo que iba a seguir el país. Ese optimismo se deshizo, el modelo económico no funcionó y dejó a la Argentina en una situación de profunda crisis macroeconómica y social. Reconstruir esa confianza va a requerir demostrar manejos macroeconómicos consistentes, justamente tomar compromisos que el mundo económico ve que va a cumplir. Eso es un proceso».

Mäs adelante, expresó que «la Argentina ya vive una situación de default desde abril de 2018 cuando cambiaron las expectativas en los mercados financieros internacionales acerca de Argentina. Estamos saliendo de aquí, pero va a llevar un tiempo hasta que el mundo vuelva a tener confianza en la Argentina. Lo vamos a lograr, vamos a lograr tener un país con una economía tranquila, con un ambiente de paz para las familias. Pero eso requiere de trabajo y de persistencia en la agenda económica».

En cuanto al escenario económico de crisis y a la recuperación, el ministro aseguró que «en ningún lado se da una recuperación potente. Si miramos los datos de los Estados Unidos y otros países, en todos lados la caída es profunda y además lo que está pasando en el mundo es que hay miedo a gastar, hay una actitud precautoria por parte de las familias y de las empresas que empieza a afectar a la demanda».

«Nosotros venimos discutiendo esto con todos los ministros del G-20 y lo que se ve es que los países que tardaron en reaccionar y que no frenaron la expansión del virus fueron los que más cayeron al principio. Si se enferma la gente en las fábricas, las fábricas cierran y no se puede producir igual y la cantidad de gente infectada y fallecida es mucho mayor y genera grandes problemas al sistema de salud que pone un montón de stress para el Estado», añadió.