A 13 años del brutal crimen de Tomás Dameno Santillán
LOCALES
Ocurrió en lincoln
El nene desapareció el mediodía del 15 de noviembre de 2011 luego de salir del colegio. A los dos días, su cuerpo fue encontrado sin vida en un descampado ubicado a 7 kilómetros de Lincoln. Según la autopsia, el crimen tuvo lugar el mismo día de su desaparición. Adalberto Cuello fue condenado a prisión perpetua.
Hace trece años no sólo Lincoln sino el país entero se conmocionaba por el crimen del niño Tomás Dameno Santillán, de 9 años de edad, por el cual fue condenado a prisión perpetua Adalberto Cuello, que hoy cumple su condena en la Alcaidía Nº 49 de Junín.
Tomás desapareció el mediodía del 15 de noviembre de 2011 luego de salir del colegio y caminar por una zona céntrica de la ciudad de Lincoln rumbo a su casa, en donde lo estaba esperando su madre
A raíz de la desaparición, y a poco tiempo de un hecho similar que tuvo como final trágico de la pequeña Candela Sol Rodríguez en Villa Tesei, el Ministerio de Seguridad Bonaerense dispuso una intensa búsqueda del pequeño mediante la participación de unos 400 policías.
A los dos días, el cuerpo de Tomás fue encontrado sin vida en un descampado ubicado a unos 7 kilómetros de Lincoln, y a 500 metros de la Ruta Provincial 50, y según una autopsia realizada, el crimen habría tenido lugar el mismo día de su desaparición, entre las 12 y las 16 horas.
La autopsia determinó que la muerte de Tomas se produjo por “un paro cardiorrespiratorio traumático a consecuencia de politraumatismos; traumatismo craneoencefálico; fracturas con hundimiento de ambas zonas laterales de cráneo (fractura de base de cráneo en bisagra); producidas con un elemento contundente y romo”.
“El hecho está agravado porque se actuó sobre seguro y, además, la crueldad de la muerte, o sea, el dolor y la agonía que sufrió el nene. Se ve que le aplicaron golpes en la cabeza y había signos de defensa en sus brazos. No cabe duda de que se dio cuenta de que lo estaban matando. El hecho es de una cobardía y una brutalidad enorme”, dijo en su momento el entonces fiscal Javier Ochoaizpuro, titular de la UFyJ Nº 2.
Por este aberrante crimen Cuello fue condenado el 18 de diciembre de 2012 a la pena de prisión perpetua, en un fallo que adoptó el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 del Departamento Judicial Junín, integrado por los jueces Miguel Ángel Vilaseca, Karina Piegari y Claudia Dana.
Por unanimidad, el tribunal condenó a Adalberto Cuello por homicidio calificado con alevosía.
LA CONDENA
El 18 de diciembre de 2012, Adalberto Cuello (52) fue condenado a prisión perpetua, hallado culpable por unanimidad por el delito de “homicidio agravado por alevosía”.
El tribunal que condenó a prisión perpetua al albañil consideró que éste mató a Tomás Dameno Santillán, de 9 años, por el “odio” a su madre, para vengarse de que ella lo había dejado. “Pegó donde más le dolía”, consideró el juez Miguel Ángel Vilaseca. Aunque la calificación legal fue de “homicidio agravado por alevosía”, en la sentencia afirmaron que fue un femicidio. Leonor Santillán rompió en llanto: “Mató a mi bebé”, dijo desencajada, a los gritos y consolada por sus familiares en un final dramático.
“A mi hijo no me lo devuelve nadie, pero esta bestia va a estar donde tiene que estar”, dijo después Leonor al salir del tribunal.
Adalberto Cuello se mostró calmo al escuchar la sentencia. Pero su ceño se frunció cuando fue descripto el hallazgo del cuerpo de Tomás. Allí movió sus labios nerviosamente, los repasó con la lengua en forma intermitente, tragó saliva y acomodó una y otra vez sus manos. Apenas leyeron la pena, Cuello fue retirado por las fuerzas policiales. Los familiares de Tomás se abalanzaron sobre el condenado y la madre del pequeño rompió en llanto.
Susana Santillán, la mamá de Tomás, en los tribunales acompañada por el entonces ministro de Seguridad y Justicia, Ricardo Casal, y Cesar Albarracín, subsecretario de Política Criminal.
“La muerte se produjo en momentos breves”, había dicho unos minutos antes la jueza Karina Piegari, al citar a la perito Mirta Mollo Sartelli. “El número y la gravedad de los golpes fue para asegurar la muerte. Fue rápida y súbita, con golpes sucesivos e inmediatos”, agregó la magistrada para descartar el ensañamiento.
El juez Vilaseca citó la figura del femicidio al hablar de la muerte de Tomás. Fue incluida en la ley sancionada a mediados de noviembre en el Congreso, pero no era aplicable por ser posterior al hecho.
“Fueron tres golpes certeros en la cabeza”, dijo el juez Miguel Vilaseca. Los miembros del tribunal afirmaron que Cuello actuó con alevosía, una figura que se produce cuando “se trata de ir sobre seguro y actuar sin riesgo para el autor y en situación de indefensión para la víctima”. La diferencia física, de edad y la supremacía de Cuello sobre Tomás configuran elementos de la alevosía, según el fallo.
El tribunal consideró además que hubo un “plan” establecido por Cuello para matar a Tomás y encubrir su crimen. “Fue un hecho premeditado”, señaló. Y desbarató la coartada de Cuello. Los jueces dijeron que mintió cuando relató que se quedó en su casa: su celular lo mostró en movimiento. Y destacaron la confesión de su ahora ex novia, María Inés Márquez, quien dijo que Cuello le pidió que falseara los hechos. Ambos habían afirmado que habían estado juntos después del mediodía, a la hora del crimen, antes de que ella entrara a la escuela donde trabajaba.
“Es un buen fallo. Acoge uno de los agravantes, la alevosía”, dijo el abogado Carlos Torrens, querellante de la familia. “Me voy conforme”, dijo el fiscal, Javier Ochoaizpuro. “¿Quién es capaz de ser tan cruel y sentir tanto desprecio para con una criatura? El fallo lo dice, Tomás era una cosa para Cuello”, dijo Guillermo Santillán, tío de Tomás.