Milagro Sala: “Me han encerrado en carne y hueso, pero no encarcelaron mis ideas”
La líder de la Tupac quedó detenida a poco de asumir Gerardo Morales como gobernador de Jujuy, en diciembre de 2015. Desde entonces permanece encerrada. Milagro Sala repasa aquí su calvario, pero también sus planes
Por estos días, Milagro Sala reparte su tiempo entre lecturas de Evo Morales –libros sobre su llegada a la presidencia de Bolivia y “las medidas que fue tomando para levantar al país”–, quehaceres domésticos, algunos achaques de salud y la asistencia a un juicio que se le sigue por malversación de fondos públicos destinados a la construcción de viviendas, la primera de las tantas causas que la Justicia jujeña le inició cuando Cambiemos y Gerardo Morales llegaron al gobierno provincial, allá por diciembre de 2015, y que la mantienen encerrada desde entonces. Y proyectos políticos, porque estos mil días que cumple hoy en encierro preventivo, no la han tumbado. “Me han encerrado en carne y hueso pero no encarcelaron mis ideas”, asegura del otro lado del teléfono celular de su esposo, Raúl Noro.
Con él, justamente, está escribiendo a cuatro manos la historia de todo este tiempo: dos años y nueve meses de encarcelamiento, el primero en el penal de Alto Comedero, luego en una casa ubicada en La Ciénaga, a las afueras de San Salvador de Jujuy, algunas estadías en el hospital Paulo Soria producto de dolencias ocasionadas el encierro. “Contaremos los motivos por los que me tienen presa, por los que encerraron a los otros presos políticos de Jujuy y del país y cómo de a poco la derecha va avanzando sobre Latinoamérica”.
–¿Qué análisis hace de sus mil días de encierro?
–Mil días, lamentables mil días de encierro. Pero a ellos les sirvió. Tanto al gobierno de (Mauricio) Macri como al de Gerardo Morales, les sirvió lo que hicieron conmigo y con los compañeros de la Tupac en Jujuy para usarlo como un laboratorio. El experimento que hicieron de encarcelar y llenarme de causas a lo largo de todo este tiempo fue el que después replicaron en el resto del país. Si me preguntan como me siento hoy, la verdad es que me siento muy dolorida, desilusionada, de la Justicia, tanto provincial como la federal. Avasallada por la Justicia que ya no es independiente, sino que acá depende del Ejecutivo de Gerardo Morales y, en la Nación, del Ejecutivo de Macri. Pero, además, dolorida porque en los 90 nosotros peleamos para que no cierren las fábricas, para que los trabajadores no se queden sin trabajo, para que no haya desnutrición infantil ni deserción escolar, para que haya más salud y educación. Y nos costó muchísimo reconstruir el país, después de 2001 nos costó mucho. Néstor Kirchner después de asumir nos convocó a un grupo de dirigentes para que le ayudemos a reconstruir el país y aceptamos ese desafío. Fue un desafío muy grande. Y lo hicimos. Por supuesto que faltaba bastante, pero lo pusimos de pie. Entonces, la indignación más grande que me da a mí es que asume Macri y en dos años nos revientan el país, nos endeudan otra vez, nos saquean otra vez, nos llenan de compañeros y compañeras que trabajaban y ya no, hay muchos niños viviendo en la calle. Cada vez estamos peor. Entonces, ¿de qué sirvió nuestro esfuerzo si estos tipos llegan con la mentira de la revolución de la alegría, el cambio y el diálogo y así como así todo derrumban? Es todo lo contrario a lo que prometieron: hoy gobiernan para un grupo de ricos, para los amigos de Macri, para su familia y sus funcionarios.
–¿Para qué cree que utilizaron su encierro?
–Para después desarrollar la justicia injusta, la justicia adicta al gobierno de turno, la justicia que sirve para encarcelar a opositores. Hay presos políticos en el resto del país, no solo en Jujuy. Fijate como la están persiguiendo a Cristina, nada más que con fotocopias la quieren encarcelar.
–¿Qué más la desilusiona? ¿La sociedad la desilusiona?
–No, para nada. Porque el pueblo argentino está respondiendo a los avances de la derecha. Vos fijate como están saliendo las organizaciones sociales, los sindicatos, los desocupados, a pedir más trabajo, que se reincorporen a los despedidos, como es el caso de los compañeros de Télam, los del hospital Posadas, los del Astillero Río Santiago. De ellos no estoy desilusionada. De quienes sí estoy desilusionada es de la CGT, que ya tendría que haber lanzado un paro nacional por tiempo indeterminado porque todos los días hay cierres de fábricas y despidos. Hoy la CGT tendría que ponerse al hombro las problemáticas de los trabajadores. Sin embargo, hay muchos compañeros que con la dirigente a la cabeza o sin dirigentes a la cabeza están saliendo a la calle. Este pueblo organizado que le dice basta al ajuste, le dice fuera al Fondo Monetario Internacional, es el pueblo de la verdadera Argentina, que la defiende frente a todos. Así que le pido a la CGT que se ponga los pantalones, que escuche al pueblo que sufre y que llame a un paro urgente a un paro por tiempo indeterminado. El FMI está gobernando y hay que defender a la Patria. Tienen que entender ellos y tenemos que entender todos que la unidad del campo popular es la única vía que nos va a salvar.
–A lo largo de estos mil días hubo reclamos de organizaciones sociales y políticas, de derechos humanos también, en contra de su encierro y por mejoras en las condiciones. Hasta la comunidad internacional instó al Gobierno a mejorar la situación. ¿Mejoró?
–Lamentablemente no. A medida que pasan los días es peor. Y no solo conmigo, porque no estoy yo sola injustamente encerrada en Jujuy. Mirá lo que pasó ayer en la audiencia del juicio (por la causa conocida como) Pibes Villeros y la fiscal Liliana Fernández de Montiel, la misma fiscal que me llenó de causas y me sigue llenando, esa misma fiscal a la que ponen en el juicio en mi contra, ella misma comenzó a apretar tan fuerte a una testigo ayer que terminó por provocarle una convulsión. Estaba tan mal que terminó internada en el hospital. A Mirta Guerrero, muy dolorida del estómago, la hacen ir en camilla al juicio. Graciela López tiene todo la panza en carne viva y también la hacen sentar audiencia tras audiencia. No tienen ni un poquito de humanidad. No les importa nada a ellos. Estas cosas también son hostigamientos hacia nuestras personas.
–¿Considera que hay un ensañamiento particular por la justicia en Jujuy contra usted y las militantes de la Tupac?
–Sí, ellos no nos perdonan haberles arruinado el negocio de la construcción. Antes de que la Tupac se dedique a la construcción de viviendas, las empresas amigas del poder aquí, amigas de Morales y del resto de los poderosos de la provincia, eran las que hacían negocios con el dinero destinado a viviendas. Nosotros hemos demostrado se puede hacer viviendas de calidad, incluso barrios, con el dinero público. Ellos se quedaban con la plata y entregaban a la gente porquería. Hemos construido 16 barrios desde la Tupac. Para nosotros cada barrio era un sueño. En el barrio de Jujuy Capital construimos no sólo casas, sino natatorios, fábricas, hospital, escuela, un centro cultural, un cine. Para construir las escuelas el Estado nos dio el 50 por ciento de la plata que necesitábamos. El resto lo pusimos nosotros, porque armamos nosotros los muebles para amueblarlas. Polideportivos. Hemos construido cerca de 2800 viviendas. Eso es lo que no nos perdonan.
–¿Cómo piensa que culminará este juicio, el primero en el que afronta penas importantes?
–La justicia es de Morales y él ha dicho que me quiere presa. La libertad va a llegar cuando cambie el gobierno y la justicia se libere de sus garras. Antes, es imposible. A los dirigentes del oficialismo de hoy no les conviene tenernos en la calle. Saben de nuestro compromiso con la sociedad. Saben que no nos vamos a quedar en la casa ni nos vamos a ir de vacaciones, que vamos a estar en la calle peleando por la dignidad de este pueblo.
–Hace unos días, Morales criticó al gobierno nacional por las subas descontroladas de las tarifas. ¿Cree que puede romperse la alianza entre ellos en Jujuy?
–Gerardo Morales ya hizo público que quiere adelantar las elecciones en Jujuy. Está queriendo abandonar el barco de Cambiemos, quiere empezar a despegarse desde la fachada. Sin embargo, sabe que no puede despegarse de la dependencia económica que generó con Macri. Ha endeudado a la provincia en relación a la Nación al pedir cinco veces más los fondos que le corresponden por la coparticipación y si la Nación decide cobrarse esa deuda, Jujuy queda desfinanciada por completo, sin recursos. Así que la alianza esa nunca se va a romper. Lo que quiere Morales en realidad es hacer de cuenta que critica a Cambiemos, que critica al Gobierno nacional para quedar bien con los jujeños. Acá las cosas están muy difíciles y nadie está contento con Macri ni con Cambiemos ni con Morales. Quiere que los jujeños crean que él no concuerda con los aumentos del gas, con lo que pasa con el dólar, con el Fondo Monetario, cuando en realidad él participa de todos los actos que hace Macri acá. La persona que más tiene negociados con Macri por el litio acá en Jujuy es Gerardo Morales. Acá la gente está muy enojada. El prometió que nadie se quedaría sin trabajo, es más, prometió puestos de trabajo nuevos, y acá crece el número de desempleados. La desocupación superó el 30 por ciento. Siguen despidiendo. En el Ingenio Ledesma pasa lo mismo. Las reparticiones públicas, en los hospitales faltan medicamentos, están cerrando escuelas. Hay varios comercios cerrados. Es impresionante.
–¿Sigue pensando en ser gobernadora?
–Sí, con un grupo de compañeros estamos trabajando en propuestas para ver cómo podemos solucionar el desastre que estuvieron haciendo estas personas.
–Sería su regreso a la batalla política después de todo este tiempo de encierro…
–Es que a pesar de que me encarcelaron nunca dejé de militar. Me han encerrado en carne y hueso pero no han encarcelado mis ideas ni tampoco me hicieron agachar la cabeza. No lograron humillarme, no han logrado que les pidiera por favor.
–¿Qué opina sobre las recientes elecciones en Brasil?
–Es algo nefasto. Habrá que seguir trabajando. A pesar de eso, tengo una pequeña luz de esperanza de que Brasil termine de despertar para que este (el candidato de derecha, Jair) Bolsonaro no sea presidente. Porque si no, pobres hermanos, lo que les espera.
–¿Cómo podría afectar a la Argentina el posible acceso de Bolsonaro a la presidencia?
–Siempre se puede estar peor, más cuando una persona nefasta como Bolsonaro tiene chances de gobernar un país hermano. Pero verdaderamente creo que la situación de Argentina es diferente. No nos olvidemos de que acá hay mucha militancia. Los compañeros continuamente están reclamando. Si acá hubieran encarcelado a Cristina el pueblo habría salido a la calle. Acá hay reclamos del pueblo todos los días. A pesar de que la derecha está avanzando en todo Latinoamérica de la mano del Fondo Monetario Internacional, que quiere avasallar todos y cada uno de nuestros derechos, Argentina resiste.