Inauguraron el “banco rojo” instalado en la Escuela Técnica
El símbolo de la campaña contra la violencia de género fue instalado en el hall central de ese establecimiento, con la presencia de integrantes de “Vivir sin Violencia”, a instancias de los alumnos
Como estaba previsto, este viernes, en horas de la tarde, y en el marco de la Muestra Institucional anual del establecimiento, quedó inaugurado en la Escuela de Educación Técnica No. 1 “Don Luis Busalleu” el “banco rojo” que simboliza la campaña permanente contra la violencia de género y el recuerdo de las víctimas de femicidios.
Para la oportunidad, a las autoridades del establecimiento se sumaron integrantes de la ONG local “Vivir sin Violencia”. Cabe mencionar que este “banco rojo” fue instalado en la Técnica a instancias de una iniciativa de los estudiantes del establecimiento.
Elisa Mottini, especialista en violencia familiar y coordinadora de la Campaña del Banco Rojo en Argentina, explica que ya son unos 300 los bancos rojos en el país. Están en plazas o espacios públicos, y la mayoría lleva escrita la frase: “En memoria de todas las mujeres asesinadas por quienes decían ‘amarlas’”.
Se trata de una campaña que nació en Lomello, una pequeña ciudad del noroeste de Italia, en 2016, y que Mottini conoció casi de casualidad un año más tarde durante una visita a Galliavola, un pueblo vecino de unos 300 habitantes que fue la cuna de su abuela.
El viaje, sin embargo, dio un giro. “No encontré familiares, pero conocí a Tina Magenta”, cuenta. Se refiere a una activista y bibliotecaria local, dueña de la iniciativa de transformar los bancos rojos en una manera de sensibilizar sobre los femicidios y problemática de la violencia de género.
Magenta había inaugurado el primer banco rojo en 2016, en la avenida Piazza della Repubblica, una de las arterias principales de su ciudad. Eligió la frase In memoria di tutte le donne morte per mano di chi diceva di amarle, que luego Mottini tradujo al español, en referencia a las estadísticas globales, que indican que el 38% de los homicidios a mujeres son perpetrados por sus parejas.
Y eligió el rojo porque es el color de la sangre, pero también porque guarda intersexualidad con otra manifestación simbólica contra los femicidios: la instalación de zapatos rojos que la artista Elina Chauvet realizó en 2009 en Ciudad Juárez, esa localidad de México fronteriza con Estados Unidos que la antropóloga Rita Segato describió como “el escenario del mayor y más prolongado número de ataques y asesinatos de mujeres con modus operandi del que se tiene noticia en ‘tiempos de paz’”.