Falleció Carlitos Balá, un ícono de la cultura popular que atravesó varias generaciones
El comediante Carlos “Carlitos” Balá, quien había sido internado ayer de urgencia, falleció a los 97 años, según confirmó esta mañana su nieta Laura Gelfi. “Estamos devastados pero unidos y así se fue él, con la familia unida y mucho amor”, afirmó Gelfil en declaraciones formuladas a Teleshow, en las que precisó que el fallecimiento se produjo anoche a las 21.30.
Balá había sido internado ayer de urgencia en el Sanatorio Güemes, de la ciudad de Buenos Aires, tras haber sufrido una descompensación. “Tuvo mareos en su casa, lógico de su edad, y lo llevaron al sanatorio. Los médicos decidieron dejarlo en observación”, contó en ese momento su representante Maximiliano Marbuk.
Emblema
Emblema de la infancia de toda una época, cuya vigencia perduró a lo largo de varias generaciones, Carlitos Balá había sido homenajeado en 2017 en la Cámara de Diputados de la Nación por su “trayectoria artística y su aporte a la cultura popular”.
“Aquí llegó Balá”, “qué gusto tiene la sal”, el “gestito de idea”, son apenas algunas de las frases de sus shows que quedaron selladas en la historia y fueron una marca registrada de su identidad.
“¿Qué gusto tiene la sal?” nació en 1969 en Mar del Plata. Un chico lo miraba atento y Balá haciendo como que no lo veía preguntó varias veces en voz alta: “¡El mar! ¿Qué gusto tendrá el mar?” El nene permanecía silencioso y el siguió: “Ahhh, el mar tiene gusto a sal. Pero, ¿qué gusto tiene la sal?” Y antes de salir corriendo el chico le respondió: “¡Pero, qué gusto va a tener la sal! ¡Salada!”.
Angueto, el perro invisible, fue otra de sus creaciones. Cuentan que se le ocurrió en una tienda en Disney. Balá encontró una correa rígida y se le ocurrió el chiste del perro. “Un turista que estaba al lado se asustó y me gustó la idea porque pensé que podía ser un buen personaje. Cuando llegué a Buenos Aires, mandé hacer una correa similar y le puse Angueto por mi hija Laura. Cuando era chica, con mi mujer le decíamos Anguetita’, una palabra inventada”, relató.
TV, teatro, circo, cine
Actor, comediante, humorista, músico, Carlitos Balá -cuyo nombre real era Carlos Salim Balaá Boglich- había nacido el 13 de agosto de 1925 y pasado a la fama con el mítico “Show de Carlitos Balá”, un emblema de la infancia para muchas generaciones.
Además, protagonizó una veintena de película, empezando por la saga de Canuto Cañete en la década del ’60: “Canuto Cañete, conscripto del siete”, “Canuto Cañete y los 40 ladrones” y “Canuto Cañete, detective privado”, de 1963, 1964 y 1965, respectivamente.
Luego le seguirían éxitos como “La muchachada de a bordo” (1966), “Dos locos en el aire” (1976), “Vivir con alegría” (1979), “Qué linda es mi familia” (1980) y “Los matamonstruos en la mansión del terror” (1987). Su última participación en un film ocurrió en 2014, con “Un amor en tiempos de selfies”.
Homenajes
El mismo año en que fue homenajeado en el Congreso de la Nación, 2017, Balá recibió también el diploma de Ciudadano Ilustre en un homenaje que se le realizó en la Legislatura porteña.
A principios de ese mismo año había recibido también una Mención de Honor en los premios Estrella de Mar, en tanto en 2016 lo homenajearon en los premios Gardel, y fue declarado “Embajador de Paz” en el Vaticano.
“Ya van cuatro generaciones que me siguen, contando ésta de Panam. Hay que entenderlos. Tienen otros chiches, pero siguen siendo chicos. No tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan. Y hago reír todo el día. En los aviones me pongo a bailar con las azafatas. La fórmula es recibir cariño. Yo soy de espíritu joven. El cariño te rejuvenece. Todo el mundo debería recibir cariño, pero está el poder adelante y nadie la quiere entender. Yo tengo cerca el cementerio de la Recoleta y digo: ‘Así terminamos todos’”, había asegurado Carlitos Balá antes del homenaje que le hicieron, en 2017, en la Cámara de Diputados. (DIB) MM