En Argentina se paga menos impuesto a las ganancias que en Chile
Informe semanal del Instituto para el Desarrollo Social Argentino -IDeSA-
El Senado aprobó la Ley de Bases con modificaciones a la versión que aprobó Diputados. Los cambios fueron puntuales y en varios artículos mejoraron la versión de Diputados. Es un hecho muy positivo que con un oficialismo en minoría se haya logrado el acuerdo para darle al Presidente las herramientas que está pidiendo para gobernar. En este aspecto, el sistema político demostró madurez y seriedad.
En sentido contrario, aparecieron actitudes que impidieron avanzar en transformaciones estructurales sobre el sistema tributario y previsional. Por un lado, se terminó imponiendo una mayoría de senadores que propusieron modificar el texto aprobado en Diputados e impedir que trabajadores y jubilados de altos ingresos paguen el impuesto a los ingresos personales. Por el otro, se eliminaron los artículos que establecían la sustitución de la moratoria previsional por una prestación no contributiva.
Con relación a la decisión del Senado de impedir la ampliación del impuesto sobre los ingresos personales resulta pertinente comparar la situación de la Argentina en la perspectiva internacional. En este sentido, según datos de la OECD y del Ministerio de Economía ajustados con datos de la OPC del Congreso se observa que:
—) Los países de la OECD, que son en su mayoría los socialmente más avanzados, recaudan con el impuesto a los ingresos personales el 8,3 % del PBI.
—) En Chile, un país de muy baja presión impositiva y distribución del ingreso bastante regresiva, el impuesto a los ingresos personales recauda 2,4 % del PBI.
—) En Argentina, luego de los cambios introducidos el año pasado, se estima que la recaudación del impuesto a los ingresos personales llegaría apenas el 1,3 % del PBI.
Estos datos muestran que en los países socialmente más avanzados el impuesto a los ingresos personales es un pilar fundamental dentro de sus sistemas tributarios. Es lo que permite evitar impuestos más regresivos y distorsivos como los que prevalecen en la Argentina. Incluso en Chile, un país que se destaca por la baja presión impositiva y el limitado Estado de bienestar, recauda casi el doble que Argentina con el impuesto a los ingresos personales. El argumento de favorecer a los trabajadores para rechazar el impuesto a los ingresos personales es extremadamente hipócrita.
Algo parecido ocurre en materia previsional. Con las moratorias, un mecanismo que originalmente se planteó como transitorio pero que se viene prorrogando de manera indefinida, se pone en igualdad de condiciones a quienes aportaron respecto de quienes no lo hicieron. Es un esquema injusto, regresivo y que incentiva la informalidad.
Ante esto, el texto de la Ley de Bases, aprobado en Diputados, elimina la moratoria y mejora la cobertura para las personas que llegan a la edad de retiro sin el mínimo de aportes. Lo hace creando la Prestación de Retiro Proporcional que aumenta la PUAM en función de los aportes realizados. El esquema de Diputados es moderno y equitativo. La actitud que prevaleció en el Senado es conservadora y reaccionaria.
El Gobierno plantea que el próximo paso, luego de terminar de aprobar la Ley de Bases, es la suscripción de la agenda de Mayo. Entre los puntos más relevantes se contempla el equilibrio fiscal y la reducción del gasto público; una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva y simplifique la vida de los ciudadanos; replantear la coparticipación federal de impuestos; la modernización de la legislación laboral; ordenar el sistema previsional para avanzar en la sustentabilidad y el respeto a quienes aportaron; y la apertura al comercio internacional. El listado es tan ambicioso como necesario si se quiere terminar con la larga decadencia que sufre la Argentina.
En esta perspectiva, la agenda de Mayo que el gobierno propone mantener activa es un planteo estratégico e imprescindible. El tratamiento de la Ley de Bases en el Senado genera la esperanza de que, aún en minoría, es políticamente factible avanzar en este sentido. Pero también alerta de que se necesita de una enorme pericia política para superar el conservadurismo y la actitud timorata de quienes se aferran al estatus quo.