La industria pesquera, una actividad descuidada y en crisis
En un país que posee excelentes puertos y capacidad de construcción naval, lejos de aprovecharse la riqueza nutritiva de este alimento y sus posibilidades de exportación, la pesca atraviesa hoy una realidad preocupante. Los elevados impuestos, una de las causas
La industria pesquera es una de las actividades económicas nacionales que registran mayor diversificación geográfica en sus exportaciones. Además, en el consumo interno el pescado es un alimento que no puede faltar en la mesa de las familias, ya que es rico en proteínas, tiene un muy alto valor nutritivo y aporta todos los aminoácidos esenciales necesarios para formar y mantener los órganos, tejidos y el sistema de defensa frente a infecciones y agentes externos.
En un país que cuenta además con una industria naval propia y gente especializada en la construcción de barcos como la que trabaja en el Astillero Río Santiago, la pesca debería ser una actividad central, protegida y explotada. Sin embargo, pese a las inigualables condiciones para la explotación de este recurso, tanto la industria naval como la pesquera aún buscan recomponerse de una crisis profunda de la que no logran salir.
De este modo, mientras que los trabajadores del Astillero Río Santiago reclaman al Ministerio de Defensa de la Nación que en vez de comprar embarcaciones al exterior invierta en la construcción nacional de naves para la Armada y las fuerzas de seguridad, la pesca hace más de siete años intenta sobrevivir en la línea de flotación con un dólar atrasado, inflación, costos operativos crecientes y retenciones de entre el 5% y el 10%.
Desde el sector pesquero apuntan como principal responsable de la crítica situación económica en la que se encuentran al Gobierno nacional.
Las políticas económicas llevadas adelante por la gestión de Cambiemos afectaron la capacidad exportadora y generaron la pérdida de rentabilidad, especialmente del Puerto de Mar del Plata, que abarca el 70% de la producción nacional.
Principalmente afectadas por el retraso cambiario, el alto precio de los combustibles y las elevadas tasas de interés, las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) encuentran grandes dificultades para su financiamiento. De este modo, y aunque sin duda se trata de un recurso rico para su explotación, el sector no logra remontar y tanto las embarcaciones más pequeñas como las grandes empresas presentan problemas económicos.
“En este sentido, el Gobierno debería poner la mirada en bajarle la presión fiscal al sector, tener una mirada que considere la industria nacional. Esto genera que, en muchos casos, la actividad ofrezca salarios en negro para abaratar los costos impuestos por el Estado”, dijo a diario Hoy el secretario general nacional de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca (Aacpypp), Jorge Frías.
De este modo, producto de las políticas llevadas adelante, al menos 600 trabajadores en tierra del sector pesquero se han quedado sin empleo. Además durante 2017 se capturó un 97% menos de calamares, un 95% menos de sargo, un 58% de merluza negra, un 74% menos de cornalitos, y así se repite con muchos otros peces clásicos.