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Crean detector de monóxido de carbono que alerta por teléfono

Es un dispositivo sencillo y similar a una alarma. En caso de registrar la presencia del gas, comienza a sonar y, de acuerdo a la peligrosidad que registra, realiza llamadas a celulares previamente configurados

Dos estudiantes de Ingeniería Electrónica de la Universidad Nacional del Sur crearon una alarma de detección de monóxido de carbono. Esta se diferencia de las existentes porque incluye la comunicación con celulares de vecinos o familiares, para alertar por el escape y la posible intoxicación de los habitantes del lugar.

Se trata de un dispositivo sencillo, similar a una alarma por robo o detector de humo, que se conecta en forma eléctrica y, en caso de corte de luz, sigue funcionando con batería.

Juan Ignacio Ruíz Díaz y Emanuel Córdoba, los creadores, explicaron que “DeteCtor” puede percibir la cantidad de monóxido de carbono, la temperatura y la humedad en el ambiente y que, al llegar al límite de lo permitido por las normativas vigentes, comienza a sonar.

Además, de acuerdo a la peligrosidad que registra, realiza llamadas a los celulares previamente configurados, pensando en que las posibles víctimas pueden haberse adormecido por la inhalación del gas.

“En la materia ‘Computadoras digitales’ se requería de un proyecto integrador de los contenidos. Es así como se nos ocurrió que, en un aparato que se vende en el mercado con otras funciones, pudimos agregarle una plaqueta con parámetros varios, según la normas del Enargas que permite detectar las fugas y, a su vez, conectar con teléfonos ya agendados”, explicó Ruíz Díaz.

Al que recibe la llamada, le aparece un mensaje con el nombre agendado desde donde se realiza la conexión, por ejemplo, “alarma gas” o “detector”. Realiza varias llamadas perdidas a distintos teléfonos (fijos o celulares) y pueden agendarse una gran cantidad de números.

“La diferencia con otras opciones es que no depende de la conexión de Internet para realizar las llamadas, eso garantiza que siempre funcione”, aclaró Córdoba.

Los fallecimientos o internaciones por inhalación de monóxido de carbono son frecuentes en el invierno. En nuestro país, alrededor de 200 personas pierden la vida cada año.