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Las entidades del campo apuestan a un fin de año de diálogo con la Provincia

Para la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) el año terminará en paz, luego de gestiones infructuosas ante el Gobierno bonaerense por la suba del Impuesto Inmobiliario Rural en un 50% para 2018. En las últimas semanas, y con un descontento creciente de los productores ante esta situación y algunos rumores sobre posibles protestas en las rutas, la dirigencia ruralista decidió seguir apostando a la vía del diálogo.

La pregunta que queda flotando para el próximo año es como reaccionará el sector agropecuario de Buenos Aires cuando lleguen las primeras boletas del inmobiliario Rural con los aumentos.

Sobre el filo de la semana, el Consejo Directivo de CARBAP se reunió en Trenque Lauquen y al menos por ahora, decidieron continuar en su postura conciliatoria. Por un lado, los directivos deben contener a sus bases, que exigen respuestas a lo que consideran una medida injusta. Matías de Velazco, presidente de los ruralistas ha manifestado en reiteradas ocasiones esta postura, destacando que los productores agropecuarios no entienden esta medida.

Esta situación es entendible, tomando como punto de partida que “el campo” acompañó a la Gobernadora María Eugenia Vidal con su voto en las pasadas elecciones legislativas. Mientras contienen a sus bases, a su vez deben lidiar con un oficialismo que no se aparta un milímetro de su postura: elogia al sector en el plano discursivo, pero a la hora de implementar políticas a su favor endurece su postura ante el más mínimo reclamo. Esta situación se vivió en cada reunión en donde coincidieron los directivos agropecuarios y los funcionarios de Vidal, y en este punto el más resistido fue el ministro de Economía Hernán Lacunza.

Frente a este panorama, la estrategia pasará por profundizar las conversaciones y buscar un interlocutor de primera línea y con peso en las decisiones, como el jefe de Gabinete Federico Salvai. En paralelo, también apostarían a buscar el apoyo de la opinión pública, a través de lo que rotularon como “campañas de esclarecimiento”, para explicar al público de las ciudades el alcance de la reforma impositiva bonaerense en la rentabilidad del sector.

Con el aumento ya definido, CARBAP apuesta a esta estrategia de tono conciliador, como para mostrar buena voluntad ante un Gobierno que, de acuerdo al discurso oficialista, “benefició” a la cadena agroindustrial con medidas como la quita de retenciones, devaluación del peso y agilización del comercio exterior. La pregunta que queda flotando es cuál será la reacción de los productores cuando en 2018 llegue la primer boleta del Inmobiliario Rural con el incremento del 50%.