Científicos japoneses logran activar las células de un mamut de 28.000 años de antigüedad
Un equipo internacional de la Universidad de Kindai, en Osaka, Japón, han logrado activar células de un mamut de 28.000 años de edad. Lo han conseguido implantándolas en ovocitos de ratón. El ejemplar había sido descubierto en 2010 en el permafrost siberiano, era una cría de unos diez años, a la que se ha llamado Yuka, que se sospecha murió atacada por felinos.
Sus restos permanecieron en buen estado durante miles de años, incluso conservan parte del pelaje. Ahora se ha conseguido extraer células de su médula y tejido muscular e introducirlas en decenas de ovocitos (células germinales femeninas en proceso de convertirse en óvulos) de ratones vivos.
Cinco de los ratones usados tuvieron reacciones biológicas características del inicio de la división celular. Sin embargo, ninguna entró en la fase de división que habría sido necesaria para crear un mamut. «Esto demuestra que a pesar de los años, una actividad celular todavía puede producirse. Hasta ahora, numerosos estudios se concentran en el ADN fósil y no en el hecho de saber si todavía funciona», señaló Kei Miyamoto, uno de los autores del estudio publicado en la revista Scientific Reports.
Pero los resultados, aunque impresionantes, dan pocas esperanzas de ver algún día un nuevo ejemplar de esta especie extinta. Esta universidad trabaja con organizaciones rusas para estudiar la posible clonación de un mamut y espera poder explorar otros métodos para dar vida al animal prehistórico o, por lo menos, obtener una quimera. En este caso, se inserta el material genético de un mamut que vivió hace miles de años en las células de una elefanta actual.
El equipo no se da por vencido y asegura que continuará con la línea de investigación. «Necesitamos nuevas tecnologías, queremos intentar varias aproximaciones», dijo Miyamoto.